La Torre Oscura
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La torre oscura

La torre oscura es hermosa por diversos motivos. No solo porque sus pies encuentran raíces en la gran tradición del cine clásico (la referencia inmediata es Hawks, no el de las películas grupales sino el de las películas de pares), sino porque lo hace con una conciencia que se vincula al mencionado cine de la transición hacia los 90’s: por un lado recuerda a Laberinto (Jim Henson, 1986), por otro a La historia sin fin (William Petersen, 1985) y especialmente a El último gran héroe (John McTiernan, 1993).

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