Curso Abierto Alfred Hitchcock – Coda: Lado A Y B. Bésame Mucho

Curso abierto Alfred Hitchcock – Coda: Lado A y B. Bésame mucho

Gente. Si bien el curso de Hitchcock terminó, unas semanas después, y a modo de larga pero definitiva despedida, subimos tres cosas que conjugan el lado A del curso con el lado B (un poco también para rendir homenaje a un director como Hitchcock, tan obsesionado con el tema de lo dual).

La primera es la clase grabada del período mudo sobre Alfred Hitchcock. Esa que, por razones por todos conocida, quedó imposibilitada de hacerse en vivo.

Curso Abierto Alfred Hitchcock – Lado A: Cuatro Psicópatas

Curso Abierto Alfred Hitchcock – Lado A: Cuatro psicópatas

Última clase del curso abierto Alfred Hitchcock. Nos despedimos con varias cosas. Primero y principal con una autoentrevista de La Sombra de una Duda (Shadow of a doubt-1943-) sumado a una videoconferencia sobre Extraños en un tren (Stragers on a train-1951). A todo esto verán que hay varios videos desperdigados. Por empezar hay tres largometrajes: un link de La sombra de una duda, uno de La Soga (The Rope-1948) y como extra el de Frenesí (Frenzy-1972, la última obra maestra de Hitchcock). De las tres sólo la última tiene subtítulos en castellano, para que puedan entender cada una de las líneas de diálogos de una de las películas más terribles y oscuras de toda la filmografía de Hitchcock.

Ladybird
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Ladybird

No recuerdo semejante apología del conflicto como en Lady Bird. La protagonista se pelea con todo y todos, y la película no solo entiende su posición, sino que en un punto la avala. Pero ese aval no es una mera pose ni tampoco una visión cínica sobre el mundo, sino una remarcación de la necesidad de pelearse, de entrar en rebeldía, de chocar con todo y todos, para eventualmente aprender a valorar lo que se tiene en su justa medida, a perdonar y pedir disculpas. Y eso tampoco implica ser esencialmente ser conservadora o conformista, sino entender los cambios propios y ajenos, es decir, alejarse del gesto vacío para comprender el mundo que se habita.

Una Segunda Oportunidad
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Una segunda oportunidad

en Una segunda oportunidad le toca el turno a quienes están entre los cuarenta y pico y los cincuenta y pico, como si le directora hubiera ido aumentando la edad de sus personajes acorde con la melancolía de la adaptación a una nueva etapa de la vida. Pero ahí donde una película conformista optaría por un mundo en el que los personajes tuvieran objetivos de máxima y se sometieran a no aspirar a más, ahí donde los códigos de la comedia romántica forzarían encuentros que fueran contra el realismo, Holofcener nos asienta en un lugar incomodísimo, sobre todo cuando nos mete en la cabeza de la protagonista, capaz de decisiones deleznables pero a la vez consciente de la mierda que esas decisiones suponen.

Fin del Contenido

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