Tomb Raider
Tomb Raider, la nueva película, adapta con fidelidad visual varias escenas del videojuego homónimo, pero se olvida de construir una narrativa interesante en torno a esas escenas. No es una excusa para mostrar un mundo propio ni encuentra una forma ingeniosa de traducir en cine la esencia de los juegos. El videojuego ya era una suma de sus referencias (otros videojuegos de exploración y disparos como Uncharted, películas de aventuras como Indiana Jones), y retraducir grandes setpieces de acción del juego al cine (es decir, despojando esas escenas de su carácter interactivo) se siente como un retroceso.