Dogman
Lo que más me llama la atención de Dogman (como había pasado en Gomorra) es el modo en el que Garrone narra el espacio. Los lugares hablan en esta película con un acento fuerte y claro. Casi que el argumento no importa, si no fuera porque la historia, los personajes, sus reacciones, sus posturas y hasta sus narices parecen concebidos para resaltar ese lugar, que se cuenta a través de los hechos que ocurren en él. Garrone busca la fuerza y trabaja de forma consciente y precisa el valor icónico de la imagen cinematográfica.