Santiago, Italia
Dos frases resuenan en la vuelta al documental de Nanni Moretti, lo enmarcan, definen sus coordenadas. La primera la pronuncia el propio director frente a cámara y funciona como cierre de un momento de considerable incomodidad. Luego de entrevistar a un militar detenido por homicidio y secuestro en la cárcel de Punta Peuco, Moretti le aclara de manera tajante: “Yo no soy imparcial”. Para la segunda frase hay que retrotraerse exactamente treinta años, a su notable Palombella Rossa y a ese Michele Apicella que, de alguna manera, vuelve a aparecer aquí, tomando prestado de manera encubierta el cuerpo de su alter ego, aunque en una versión que deja atrás su habitual neuroticismo para dar paso a un hombre ya maduro, reposado.