Morrer Como Um Homem
| |

Morrer Como Um Homem

No resulta nada fácil desembarazarse de principios morales, valoraciones éticas, ideologías seculares o, simplemente, de actitudes sensibleras al momento de ver Morir como un hombre. Y mucho menos fácil al momento de pensar o escribir acerca de ella.
No se trata de esgrimir reglamentaciones absolutas con el propósito de convertirse en un dispensador tribunalicio o, lisa y llanamente, de blindarse contra tales cuestiones con el afán de convertirse en un autómata vidente despojado de cualquier constricción valorativa. Después de todo, si alguien quiere ver allí un modo de vida contrario a las leyes de Dios, de la Naturaleza y de los hombres, un comentario clínico acerca del Poder, de los micropoderes y de las jerarquías sistémicas sexuales, o una conducta informada por una sensibilidad exquisita que sólo poseen las minorías marginadas desde siempre, está en todo su derecho de hacerlo.

La Luz Del Fin Del Mundo
|

La luz del fin del mundo

Casey Affleck es uno de esos enigmas tales como esos invitados que llegan a una fiesta, se sientan en un costado, no hablan con nadie, toman unos tragos y luego se van. Es un tipo con una carrera errática, con decisiones extrañas y con unas elecciones que lo tienen como director en el centro de una obra sin una identidad definida. Pero ojo, esto a veces puede ser una muy buena noticia. Y claramente en La luz del fin del mundo no hay un punto de contacto con la ópera prima de este director y guionista. Pero tampoco lo hay del todo con el resto de la obra de Casey Affleck como actor.
El tipo es, en todo caso, un sujeto que escribe y dirige. Que actúa y entrega lo mejor de si. Y luego se retira a las sombras. Por eso a veces es dificil entrarle a esta clase de directores y películas, porque frente a ellos nos quedamos sin armas. Pero eso también está bueno, porque nos obliga a pensar las películas desde parámetros menos automatizados y, en todo caso, más atentos y anclados a la materialidad de lo que vemos.

#Postmardelplata2019 – (6): Jojo Rabbit
| |

#PostMarDelPlata2019 – (6): Jojo Rabbit

El personaje de Micky Vainilla es uno de esos casos en los que el humor funciona para un sketch, pero no sirve prolongarlo en el tiempo. Bien sabemos que la sátira a la derecha más extrema siempre funciona mucho mejor que la satira a la izquierda (no importa en qué país del mundo leas esto). Porque el gesto de Capusotto, amén del progresismo de pegarle a un fascista de derecha, funciona mejor como rasgo pop antes que como gesto político. El problema es cuando Capusotto quiere invertir ese componente, porque necesita decir algo importante (contrario es el caso de Bombita Rodriguez, que si es marcadamente pop y por lo tanto más libre y mordaz en su humor que satiriza al peronismo setentista). Y quizás algo de esa operatoria discursiva que fuerza una lectura politizada de lo pop es lo que sucede con Jojo Rabbit: Hitler se convirtió en parte de la cultura popular y eso le preocupa a Waititi.

Fin del Contenido

Fin del Contenido