Morrer Como Um Homem
No resulta nada fácil desembarazarse de principios morales, valoraciones éticas, ideologías seculares o, simplemente, de actitudes sensibleras al momento de ver Morir como un hombre. Y mucho menos fácil al momento de pensar o escribir acerca de ella.
No se trata de esgrimir reglamentaciones absolutas con el propósito de convertirse en un dispensador tribunalicio o, lisa y llanamente, de blindarse contra tales cuestiones con el afán de convertirse en un autómata vidente despojado de cualquier constricción valorativa. Después de todo, si alguien quiere ver allí un modo de vida contrario a las leyes de Dios, de la Naturaleza y de los hombres, un comentario clínico acerca del Poder, de los micropoderes y de las jerarquías sistémicas sexuales, o una conducta informada por una sensibilidad exquisita que sólo poseen las minorías marginadas desde siempre, está en todo su derecho de hacerlo.