El robo del siglo
Lo cierto es que donde mejor funciona El robo del siglo es en su aspecto más “profesional”, en cómo retrata el laburo de un grupo de tipos que detectan una oportunidad única, con un plan que se va construyendo progresivamente y revelándose ante los ojos de los espectadores a medida que avanza la trama. Es por esta vía que el film va desplegando con mayor efectividad sus distintas superficies, que incluyen dosis puntuales de comedia, la tensión mientras se van ejecutando las distintas fases del robo y el juego con el artificio dentro del artificio, la puesta en escena/engaño del hecho real aplicada a la materialidad cinematográfica. Lo contrario sucede cuando la película quiere construir un marco afectivo y moral que justifique a los protagonistas: tanto las líneas de diálogo que enuncia el cerebro detrás del golpe que interpreta Diego Peretti, explicando la necesidad de un equilibrio cuasi justiciero; como las escenas del profesional del robo que encarna Guillermo Francella con su hija, queriendo mostrar que la quiere a pesar de mentirle, lucen cuando menos forzadas y hasta culposas.