Dossier Estudio Ghibli (XVII): El viento se levanta
Para aquellos que intentan trazar esa separación críticamente aceptada acerca de las diferencias primordiales entre los estilos de Takahata y Miyazaki, El Viento se Levanta se siente como un agujero en el medio de esa vaga pero aceptada teoría. Aquella diferencia -que se marca entre el realismo que bordea lo social en Takahata y el fantástico asimilado de Miyazaki- en esta película, dirigida por el más prolífico de ambos directores, parece un poco más difusa. Porque esta es la película en la que Miyazaki mas se parece a Takahata. Y es que en éste último lo histórico siempre está sucediendo. Llos humanos parecieran siempre estar delimitados por los límites de la historia. No obstante, a diferencia de Takahata, los personajes de Miyazaki sueñan y rompen el determinante del realismo. Porque el sueño es el lugar por excelencia en el cine de Miyazaki, porque si bien acá no aparece el fantástico, es el sueño el que altera el realismo, otorgando una libertad desenfrenada al movimiento y los espacios, que se configuran de formas distintas a las formas de lo real y su artificio por excelencia, el realismo.