Araña
Araña ha sido defendida por ciertos sectores críticos argentinos, a pesar de que su testarudo discurso ni siquiera está apoyado en la autoconciencia que si expresaba un director como Todd Haynes -que, digan lo que le digan, si algo sabe hacer es manipular al espectador-. Vayamos a la película de Wood. Pensemos, por ejemplo, aquella escena donde se presenta al personaje de Gerardo, en la que la desidia vence al drama, porque la puesta en escena, así como la marcación actoral, evitan el progreso hacia el enojo del personaje. Bien por el contrario, este se plantea como una irrupción en un clima que tampoco se siente tan calmado. Esa irregularidad lejos está de plantear sistema, todo está lejos de plantear sistema, siquiera un sistema de irregularidades.