Bajo mi piel morena
En Bajo mi piel morena Campusano practica una variable que en algún momento parece ir en cierta dirección de posibilidades: salirse de la marginalidad, permitirse narrar la dificil inserción de personas trans en el mundo del trabajo sin ser estigmatizadas. Pero pareciera encontrarse con la falsa disyuntiva que acompaña a la representación de los personajes trans en el cine: si se los construye felices e incluidos en un mundo que sabemos que los señala y estigmatiza, esa representación será acusada de falsedad, de traicionar la realidad, de ocultar la violencia existente; al mismo tiempo, en caso de representar a personajes trans solo bajo la óptica de la exposición a la marginalidad y violencia, tenderemos a sostener que está dando una sola oportunidad a esas vidas, por lo tanto, también estigmatizando.