Devoto, La Invasión Silenciosa
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Devoto, la invasión silenciosa

El primer caso, el de la conciencia cínica, no parece ser el de Devoto, la invasión silenciosa, que parece una película lo suficientemente ocupada en lograr que creamos ingenuamente en el estatismo de sus imágenes (hagan la prueba: funcionan mejor sus encuadres en los fotogramas antes que sus planos en movimiento) antes que en su capacidad de crear un mundo a partir de la síntesis sustantiva del cine clase B. El problema es que el solo hecho de ocuparse no implica que lo logre. La película, en este sentido, se encuentra mucho mas cerca de los experimentos desesperados del acercamiento al fantástico local en los 80s y 90s de parte de Gustavo Mosquera R (Lo que vendrá , Moebius y no casualmente un director que quiso llevar adelante El Eternauta) que de Invasión (Hugo Santiago, 1968), donde la sustracción del cine clase B funcionaba por apropiación cultural de tópicos del sistema de géneros del cine americano con tradiciones locales, experimento notablemente forzado aquí gracias a localismos del habla.

What We Do In The Shadows – Segunda Temporada

What We Do in the Shadows – Segunda temporada

Nandor, Lazslo, Nadja, Guillermo y Colin Robinson están de regreso. La primera temporada de What We Do in the Shadows (sobre ella hablamos en esta nota) inspirada en la película neocelandeza homónima de Taika Waititi y Jemaine Clement, repetía algunos de los tópicos del film original, pero con pocas ideas nuevas. Apelaba a la misma fórmula, pero los resultados eran limitados, tibios. A pesar de tener un notable elenco internacional de humoristas, los guiones no desbordaban de creatividad y estaban demasiado arraigados al film de 2014. Sí, había capítulos más inspirados que otros, como el del juicio o la noche libre del gran maestro, pero el resto se quedaba mucho en el molde. Esta segunda temporada, en cambio, aún cuando es un poco más estructurada y calculada -hay una linea narrativa conceptual que se desarrolla y evoluciona a lo largo de los ocho episodios- también permite evolucionar a cada personaje, dándoles más libertad a la vez que alejándose un poco de las ideas que provenían de la película original.

Perro Blanco | Número 40 | Julio / 20

PERRO BLANCO | NÚMERO 40 | JULIO / 20

Hay que dejar de robar a Dickens por un par de años. Pero qué lindo comenzar un texto con “Era el mejor y el peor de los tiempos”. No sé si mejor ni peor, por lo pronto contemporáneo y dificil, este presente absurdo hace todo lo posible por destruir cualquier clase de futuro. En el cine destruye al clasicismo, a la épica, al espectáculo popular pero también destruye no solo lo que pueda venir -sometiéndolo a controles estrictos de la aduana ideológica y miserable de la corrección política que ya hace buen rato dejó de ser corrección y resistencia para comportarse como una multiplicidad de poderes restrictivos e inorgánicos que han triunfado- sino que ahora también va por el pasado.

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