Lovecraft Country (Parte I)
Tras el desenlace de Watchmen, HBO siguió explotando el filón con la propuesta de Lovecraft Country, bajo la supervisión creativa de Jordan Pelle y J.J. Abrahams. La fusión de ambas marcas registradas, con vocación autoral, generó una serie prototípica del momento actual en el mainstream de Norteamérica, ceñido al patrón del nuevo Oscar, la publicidad del Black Lives en la NBA y el clásico espíritu militante de un Spike Lee, dividido entre el pacifismo de Martin Luther King y el belicismo de guerrilla de Las Panteras Negras. En el medio de todo, el fantástico quiere colarse a la fiesta de Lovecraft Country para buscarse legitimidad cultural como traductor de las luchas contra la segregación y la mentalidad confederada de los estados del sur. Poniendo el tema en el contexto electoral, el populismo chic de la serie gratifica a los votantes progresistas del partido demócrata, en abierta oposición a los defensores de Trump.