Marea Y Viento
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Marea y viento

Hasta ahí, mediando una descripción aséptica como la que hice, la película parece asumir un registro desinteresado, ausente de juicio. Y en efecto mantiene esa decisión noble. Quizás sea gracias a esa determinación que muchas de las ideas que se han vertido sobre la película empiecen a encontrar un cauce mas definido, digo, uno que vaya mas allá de la celebración acrítica que he percibido en diversas reseñas, como si no hubiera lugar para la observación crítica. Pero volvamos a la película en concreto y a la escuela como experiencia registrada. Si observamos bien hay algo de esta escuela que puede resonarnos extraño a primera vista: su condición anacrónica. No solo lo que sucede en su interior y los materiales que utilizan parecen, como mínimo, de hace 40 años. Hay, particularmente, en el modo de describir la experiencia, una suerte de aislamiento de la contemporaneidad (incluso hasta en las ropas cuesta encontrar rasgos del presente) que desconozco si supone una elección del director (omitir casi todo elemento que vincule al presente directamente, como la presencia invisible de celulares) o se trata lisa y llanamente de una observación sostenida en un espacio aislado ex profeso.

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