Mank
Muerto el cine que viva la cinefilia. El problema es que murió tantas veces que cuando muera en serio (como ahora, que nos estamos quedando sin salas, en el encierro pandémico-cuarentenil) ya ni siquiera nos va a importar. Pero hay cosas que deberían afectarnos y han quedado naturalizadas. Asimismo hay otras que no importan demasiado (la cinefilia como defensa nostálgica del cine antes que el cine como construcción de una cinefilia productiva, con futuro), pero yiran y dan vueltas y se habla de ellas demasiado. Se escribe más. Pero no importan mucho, porque mueren antes de nacer, porque se abortan a si mismas y nos envilecen la experiencia como espectadores. O quizás envilecer sea un poco mucho para referirse a una película menor, que en el contexto actual termina siendo agrandada vaya uno a saber por qué motivo para cerrar un año funesto y candidatearla fuerte en 2021 a cuanto premio de muerte nos espere.