La estrella roja
Laila Salama fue una espía al servicio de la inteligencia británica a mediados del siglo XX. Ayudó a capturar a criminales nazis afincados en América Latina, entre ellos a Adolf Eichmann, uno de los más importantes autores del Holocausto. Su misteriosa vida la hizo cambiar de nombre, abandonar a su familia y morir casi en el anonimato. Un tango compuesto en honor a ella y una serie de documentos desperdigados que daban cuenta de sus actividades es lo único que la sobrevivieron.