Candyman
Qué difícil no molestarse con esta secuela de Candyman (Bernard Rose, 1992). Por qué? Porque su operación es una negativa del cine, como sus planos invertidos de la secuencia de créditos de apertura. La versión 2021 es homónima y como tal borronea lo que la de 1992 construía con ideas, potencia e inteligencia. La versión producida y coescrita por Jordan Peele se trata de una película que impone el discurso político como condición para que exista el cine.