El Prófugo
La directora sabe cómo hacer de lo cotidiano un espanto particular. Por eso la estrategia de El prófugo es también kafkiana (algo de esto incluso remite a otra película kafkiana con la que se toca, que es la olvidada y poco vista La reina del miedo). En esa estrategia reconocemos una materialidad de elementos que rodean a la vida de la protagonista pero que en el fondo nunca terminan de activar su peligrosidad. En este sentido de cosas la película despliega una primer manera de paranoia narrativa, por el espacio y por los objetos que lo pueblan.