Misa de medianoche
Flanagan no es un autor a la usanza artie de Ari Aster, pero sus “nuevas imágenes”, de texturas francesas y nórdicas de años ochenta y noventa, causan el principal rechazo entre los puristas del lenguaje atormentado y anómalo del gore más irreductible. Por defecto, las obras perfectamente pulidas y talladas por el escultor vintage de Doctor Sueño, logran convencer a las mayorías morales, a los buscadores de tendencias, a los apóstoles de las agendas políticamente correctas.