Ecos de un crimen
Alguna vez Alfred Hitchcock postuló un máxima que no ha sido del todo comprendida, ya sea por su aplicación incorrecta o por la incomprensión de la misma. “El problema en el cine no es partir de un lugar común, sino arribar a uno”. En este sentido nada de lo que postula esa frase está de más, puesto que si un director conocía este principio y lo ejercía a plena conciencia, ese fue el director de Frenesí. Ahora bien, ese principio, cinefilia mediante, tambien puede expandirse hacia territorios más salvajes que la mera explotación del volantazo, que es aquello que defiende AH cuando piensa en un cine que pueda reformar lo que las tradiciones imponen. El salvajismo opera cuando los directores pueden partir de lugares comunes y arribar a lugares comunes a la vez que permitirse la libertad de no rendir pleitesía a ninguna tradición asi como no reverenciar ninguna reforma o ruptura.