Jurassic World: Dominio
Jurassic World: Dominio dispone una serie de fichas compuestas en una fábrica de rulemanes. Tan mecánica es que su funcionamiento es automático. Es decir: JW:D es una película signada por un automatismo alarmante.
Jurassic World: Dominio dispone una serie de fichas compuestas en una fábrica de rulemanes. Tan mecánica es que su funcionamiento es automático. Es decir: JW:D es una película signada por un automatismo alarmante.
Y sí, los festivales les han sentado bien a los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, ganadores de la Palma de Oro con Padre Padrone (1977), del Gran Premio del Jurado con La noche de San Lorenzo (1982) y también el Oso de Oro en la Berlinale 2012 con César debe morir (2012), un tanto sorpresivamente para aquellos que en ese momento -o retrospectivamente, lo cual es mucho más cómodo, obviamente- abjuraron de este film tildándolo de poco realista o de documental de creación un tanto pasado de moda y cosas por el estilo.
Ni siquiera se trata de una cuestión de corrección política, de apropiación cultural o de que Eami cumpla con todos los puntos que un festival de cine europeo podría exigirle a una película paraguaya: hay algo en la operación que no me cierra. Suena muy lindo decir cosas como que Paz Encina “no trabaja con didactismos”, que “no hay explicaciones”, que la narración de esta película no sigue patrones culturales blanco/occidentales y que Eami busca retratar la cosmovisión de los ayoreo
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