Bahía Blanca
Bahía Blanca, que adapta la novela homónima de Martín Kohan, sufre de esta falta de entendimiento acerca de la diferencia formal entre una imagen sugerida a través de palabras y una imagen mostrada con palabras flotando en su superficie. Porque el problema de la adaptación es siempre el mismo: cómo delimitar un mundo literario a imágenes.