Santa Evita

Santa Evita

En un avance sostenido por medio de espasmos, Santa Evita no es ni la chicha ni la limonada que los fanáticos quieren ver de un lado o de otro de la grieta, algo que en definitiva ha venido sucediendo con el mito detrás de la figura histórica desde hace buen rato: nadie quiere trabajar ni salirse de la zona de confort, por eso se procede por neutralizarlo todo, como si fuera un evento de lucha grecorromana: un poquito de concesiones a la fascinación heroica, un poco de concesiones a la revelación del carácter psicopático-resentido de la abanderada de los pobres.

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