Érase una vez un genio
“George Miller es un puto genio” (nos desacostumbramos a la expresión por mera corrección política?), pero este no es el caso en el que corroboramos la frase, acaso porque estemos ante uno de los casos más flagrantes de publicidad engañosa (ese trailer, prometedor de aventuras, viajes en el tiempo, velocidad y más no se condice con la estructura!), con una película que nos aleja de todo lo que el cine de Miller supo ofrecernos con suculencia: movimiento, ritmo frenético, sensaciones cinéticas en el cuerpo -por lo tanto cuerpo en movimiento- y, por lo general, pocas palabras. Qué pachó?