Algunas ideas sobre cine argentino y política: Una introducción

Por Federico Karstulovich

…toda la pobre inocencia de la gente

Por los editores de Perro Blanco

Se cumplieron 34 años de democracia ininterrumpida en Argentina. Un dato no menor para un país no demasiado proclive a respetar la institucionalidad ni los procesos democráticos. No obstante, en ese período (y en uno más amplio), el cine nacional entregó diversas miradas (no solo sobre el retorno de la democracia, sino sobre las ideas de lo político en el cine argentino), que con el tiempo lograron construir una serie de tensiones, desplazamientos, observaciones y oscuridades, en un territorio que no es fácil pero que tampoco ha sido tan visitado como querríamos.

Pensar en cine argentino y política nos obliga a rever, en buena medida, parte de lo dicho previo a ese gran trauma que es la dictadura de 1976-1983, pero también analizar lo que sucedió inmediatamente después o incluso en nuestros días. Porque desde hace un buen rato el cine argentino ha dejado de cuestionarse algunas de sus convenciones y comodidades discursivas en torno a su historia reciente. Porque el cine político argentino es un territorio pantanoso, que por momentos ha sabido sostener prudentes y estratégicos silencios frente a poderes de turno así como en otros momentos (quizás menos de los que nos gustaría pensar) ha sabido levantar la cabeza y la voz. Por lo pronto, ese cine necesita ser interpelado, repensado, desnaturalizado.

Sin ánimo de venir a revelar ninguna clase de verdad trascendente, en Perro Blanco nos propusimos pensar en una serie de notas que interpelen algunos de esos claroscuros del cine político argentino del último medio siglo (tal como dijimos antes, incluyendo a los años previos a la dictadura), intentando pensar qué fue lo que sucedió con algunas zonas de un cine que por momentos optó por la comodidad y en otros asumió riesgos. Porque en definitiva el ejercicio de la crítica de cine también radica en pensar en esas contradicciones, agachadas o incluso en aquellos riesgos que el cine toma.

En las siguientes salidas, como cierre del número de octubre, se van a encontrar con diversas notas, con perspectivas radicalmente distintas, pero con ideas, siempre. Recuperar la posibilidad de discutir sobre algunas cuestiones poco revisadas es una cosa que nos apasiona. Y, dicho sea de paso, estén atentos a las nuevas firmas, que quizás reconozcan a invitados sorpresa.

Entren, lean y opinen, que como siempre está hecho para ustedes.

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