Juventud (Youth-giovinezza)
Italia-Francia-Reino Unido-Suiza, 2015, 124’
Guión y dirección: Paolo Sorrentino.
Con Michael Caine, Harvey Keitel, Paul Dano, Rachel Weisz y Jane Fonda
El mal (esto no es una crítica)
Por Federico Karstulovich
¿Qué clase de director abandona una mirada política incómoda sobre el mundo para convertirse en una suerte de predicador new age?
¿Qué le puede suceder a un director para olvidarse de lo hecho y limitarse a repetir un grandes éxitos de los lugares comunes de un cine nacional –como el italiano- pero con formato europudding?
¿Qué clase de desconfianza en el cine hace que un director sustituya la confianza audiovisual en las imágenes y sonidos y los sustituya por una preocupación publicitaria, es decir, la de la conformación de un producto?
¿Qué clase de director malinterpreta una tradición cinematográfica de manera tan grosera como para saquearla, necrofilia cinéfila mediante, y vaciarla por completo?
¿Qué clase de director repite todos y cada uno de los lugares comunes conocidos sobre el mundo creativo para reafirmar la banalidad de esos presupuestos?
¿Qué director se olvida de la gran tradición grotesca de la cultura latina para apenas redundar en estereotipos hechos a los apuros?
¿Qué director hace convivir a dos películas distintas (una dispersiva, coral, sin centro, fría; la otra presuntamente empática con sus protagonistas, centrada en torno al recuerdo) con incapacidad tan manifiesta que parezca un acto de esquizofrenia?
¿Qué clase de director tiene la sensibilidad como para filmar los planos y escenas más vulgares que el cine industrial arty pueda haber entregado, dejando la sensibilidad de los benedetti-bucayismos a la altura de poetas como Ezra Pound?
¿Qué clase de director piensa que existe un horizonte de posibilidades real, concreto, renovador, para su cine detrás de la pavada biempensante de decir que los ricos con tristeza se olvidaron de su esencia?
¿Qué clase de director piensa que la cultura pop es lo peor que pudo haberle pasado al mundo?
¿Qué clase de director filma un plano y contraplano de una mujer alcanzada por el Alzheimer como si se tratara de una momia salida de una película gore?
¿Qué clase de director saquea 8 ½ de Fellini sin siquiera hacerse cargo y sin haber comprendido que en aquella había un plan y en esta no?
El tipo al que le pasa todo eso es Paolo Sorrentino. Shame on you, macho.
