Adelantos De Libros: Juegos De Guerra. Centros Y Periferias Del Cine Bélico (Viii)
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Adelantos de libros: Juegos de Guerra. Centros y periferias del cine bélico (VIII)

Nos encanta decir (y pensar) que Paul Verhoeven está loco. Qué es un libertino proveniente de un país libertino -Holanda- y que, a la hora de saltar el charco, luego de escandalizar a medio mundo, incluyendo su país de origen, bueno, no se trataba sólo de duplicar la apuesta sino, lisa y llanamente, de virar la perspectiva -que no es adaptarse, ojo-. Asi las cosas, es probable que Verhoeven se haya puesto una regla para sí mismo a la hora de probar suerte en el puritano Hollywood, que en los 80s, curiosamente, no escatimó en libertades para este buen señor.

Adelantos De Libros: Acerca De Super! El Último Gran Género (Viii)
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Adelantos de libros: Acerca de Super! El último gran género (VIII)

A lo largo de la historia de los superhéroes se ha querido vincular sistemáticamente a estas figuras (que nos retrotraen a las epopeyas de la antigüedad clásica, característicamente habitadas por héroes, semidioses o dioses) al sistema de representaciones secularizadas de las religiones monoteístas, que a partir de diversos mitologemas encontraron la manera de penetrar en el mundo secularizado de las representaciones del mundo capitalista, occidental, liberal y cosmopolita, es decir, todo aquello que un simbolista filomítico puede odiar. Curiosamente, la prefiguración del superhombre nietszcheano (hola, Superman!) supone, precisamente, el ingreso de aquello que Paul Ricoeur definió alguna vez como la maestría de la sospecha…que a su vez definía un cuestionamiento (que incluía en el combo a Freud y a Marx) que señalaba las limitaciones de la narrativa social-filosófica del racionalismo decimonónico.

Hombre Lobo Por La Noche
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Hombre lobo por la noche

Como si se tratara de una película de Edgar Ulmer, de Jacques Tourneur o Mark Robson, el juego que propone Hombre lobo por la noche es un guiño retro a los mitos del terror clásico con cierta limitación presupuestaria propia del cine clase B (en este caso hablamos de un mediometraje de 52 minutos, con pocos actores, con no mucho más de tres locaciones, en un tiempo concentrado, que además depende fuertemente del fuera de campo como herramienta expresiva), pero no mucho más justificativo que ese despliegue.

Pistol

Pistol

Las primeras sensaciones que sobrevienen a la cabeza cuando miramos el primer episodio de Pistol no están muy lejos de la vergüenza ajena. Como si se tratara de un juego de citas de wikipedia, la serie dirigida por Danny Boyle pero claramente creada por otra cabeza, Craig Pearce, no se acomoda en nuestras retinas, mas bien nos agrede todo el tiempo sobre la base desnuda de una retahila de lugares comunes sobre lo que cualquier buscador elemental podría narrarnos sobre la historia de la banda Sex Pistols, que a la luz de los episodios, no queda muy bien parada

Solo Las Bestias
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Solo las bestias

Pero aunque lo intente, Dominik Moll no es uno de esos sádicos mencionados previamente, sino que es un entomólogo culposo, por eso su determinismo ni siquiera tiene el rigor de esos dioses menores que hacen de sus personajes los portavoces de una idea trascendente para el mundo. No, Moll parece querer escaparse de esa prole, pero no sabe muy bien cómo.

Bestia
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Bestia

Considerando que su director es una suerte de especialista en eso que podemos llamar “películas de riesgo en escenarios naturales”, uno bien podía pensar que Bestia se iba a permitir algunas salvajadas, algunas licencias físicas y materiales que hicieran honor al subgénero al que pertenece el survival. Pero como las peras no provienen del olmo en el que actualmente se mueve el mainstream, lo que hay no es nada parecido a la supervivencia, sino, bien por el contrario, el miedo a lastimarse.

El Futuro
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El futuro

Una de las películas de ese deshielo, de ese reencuentro entre los directores argentinos y el presente político fue, curiosamente, la que lleva por título El futuro, que no es otra cosa sino un registro urgente de las miserias y la existencia en plena pandemia y aislamiento obligatorio decretado por el gobierno nacional. En ese sentido, la película construye un discurso coral: por un lado registra -bellamente- la fantasmagoría de una ciudad y un conurbano construídos como si de espacios abandonados se tratara

Clementina
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Clementina

Pergeñada, inicialmente al menos, como una serie Web en breves episodios, la invención de Mendilaharzu-Feldman demuestra una elasticidad infrecuente: se adapta al formato Web como cinematográfico sin inmutarse, acaso por la decisión de trabajar una estructura episódica (pero distinta a los episodios de la serie que circuló durante el último tramo del DISPO). Clementina tiene una planificación endiablada, geométrica, donde cada detalle se esconde detrás de un falso registro cotidiano.

Adelantos De Libros: Héroe De La Clase Trabajadora. El Cine De Clint Eastwood (Iv)
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Adelantos de libros: Héroe de la clase trabajadora. El cine de Clint Eastwood (IV)

De Scooby Doo a Batman&Robin, de Sherlock Holmes a Auguste Dupin y de ahí a la esfinge de Tebas. El error persiste: hay enigmas que no tienen solución. O en todo caso cuya solución radica en una transparencia sin par. El problema está en comprender esa contradicción. El joven Eastwood, portador de nueve décadas y monedas en su haber (al momento al menos), es eso: un enigma transparente que hace de la derrota solitaria su mayor triunfo porque deja sin cadera a todos los que se comen los amagues.

#Postbafici2022 – El Futuro
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#PostBafici2022 – El futuro

A lo largo de una serie de notas en la revista nos hemos ido preguntando cómo pensó el cine argentino, casi en los últimos cuarenta años, los modos para representarse a si mismo desde la perspectiva del cine político. En esa dirección de inquietudes nos preguntábamos por el futuro, nos preguntábamos si la crisis derivada del encierro demencial de la cuarentena eterna, si la crisis derivada de los manejos imposibles de la economía argentina yéndose a pique, si la crisis derivada de la incapacidad política de un gobierno enredado en internas y en intereses turbios tales como la administración de la justicia según intereses propios tendría, en algún momento, alguna película capaz de reflejar eso que, buena parte del ecosistema audiovisual argentino había dejado de representar.

Iosi, El Espía Arrepentido

Iosi, el espía arrepentido

La serie creada por Daniel Burman y dirigida por él mismo junto a Sebastián Boresztein sabe coquetear con varias de esas posibilidades que la dejan, en diversos momentos, al borde de un precipicio indeseable. Pero como si se tratara de esos viejos colectivos que hacen caminos de montaña con pilotos experimentados, nunca se cae, nunca deja, siquiera, una rueda en el aire para que temamos lo peor.

Dr. Strange En El Multiverso De La Locura
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Dr. Strange en el Multiverso de la locura

Si bien estamos ante uno de los mejores personajes del MCU -o al menos a uno al que se le ha podido encontrar una vuelta de tuerca suficientemente interesante como para que haya participado en una numerosa cantidad de películas y que siga suscitando interés-, la promesa indicaba que esta segunda entrega de Dr. Strange (que supo tomarse su tiempo para una película en soledad luego de la primera) iba a ser aquella que explotara al máximo las posibilidades de eso que el fandom llama multiverso pero que nosotros podemos llamar un crossover de franquicias. Nada de eso.

Competencia Oficial
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Competencia oficial

Competencia oficial es vieja porque sus recursos lo son. Porque su abordaje de la sátira lo es. Porque su perspectiva -a diferencia de artefactos incómodos y geniales en su melancolía como la menospreciada Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo- expresa una certeza absoluta respecto del mundo que retrata (a esta altura un lugar común que habla mucho más de quien señala que del señalado). Desde esa perspectiva limitada, no hay mayor oferta en esta última entrega que las anteriores.

Belle
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Belle

En Belle se habita un mundo en plural, de manera desdoblada, como si se respirara. Por eso el director se propuso pensar con el mayor vínculo con el presente: dónde encontramos esa cohabitación de existencias sin conflicto? La respuesta es sencilla: en la interacción entre la vida cotidiana y el mundo virtual de las redes sociales. Pero no, no se asusten: Hosoda no es Miyazaki ni nos va a entregar una monserga sobre los males del mundo moderno. En todo caso ese dispositivo elegido es una excusa para narrar con precisión, sin que la elección parezca arbitraria o demagógica.

Rifkin’S Festival
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Rifkin’s Festival

Apesadumbrado? Arrinconado por lo que vendría? No parece. No necesariamente, al menos. En ese orden de cosas Woody Allen (no me gusta llamarlo Woody como si fuera un amigo ni Allen como si fuera un apellido, cuando encima es un segundo nombre) concibe una película hecha por inercia, casi carente de estímulo vital, como su protagonista, que se mueve de manera taciturna, consciente de que su vida de pareja es una pantomima y que su presente es una mera sucesión de momentos sin conexión alguna con el deseo o la vida. En este punto el personaje que interpreta Wallace Shawn puede volver a confundirse (oh, cuantas veces!) con otro de los alteregos de WA.

Only Murders In The Building
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Only Murders in the Building

Hay algo del orden arqueológico cuando ingresamos a y cuando terminamos de ver Only murders in the building. Casi nada de lo que narra, casi nada del tono elegido. Casi nada del humor sofisticado que exuda. Casi nada de los modos actorales que despliega parece reconocerse en el presente. Bien por el contrario, su mirada está puesta en el pasado. Aunque la única excepción es la presencia de celulares, de internet…y de la centralidad de los podcast, como síntoma de contacto con el presente, acaso el único gran vínculo que la serie demuestra.

Rey Richard: Una Familia Ganadora
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Rey Richard: una familia ganadora

Rey Richard es un melodrama en el que la contención, la red de salvataje es justamente el tenis. Como disciplina la película muestra a ese deporte como una de las funciones del deporte en general: salvar a la gente, organizarla, darle un objetivo. Como herramienta dramática el tenis aparece como excusa para mostrar las tensiones entre la familia Williams y un mundo no particularmente predispuesto a aceptar otras reglas de juego. Se podrá decir también (pero la película no habilita esa lectura) que estamos ante una familia de un protestantismo casi puritano, que en su religiosidad construyó una vida hiperactiva planificada en donde nunca hubo espacio para la improvisación.

La Crónica Francesa
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La crónica francesa

Debo decir que por primera vez en un poco mas de un lustro escucho y leo por primera vez cosas como “si, si, está muy bien pero es lo mismo de siempre”. Le habían soltado la mano al bueno de Wes? Hay algo de eso. Quizás haya sido el principal motivo por el cual me volqué a verla: era lo mismo de siempre?
La crónica francesa, en efecto, repite las herramientas, es cierto e ineludible. De hecho quien quiera ir a ver y corroborar lo conocido, podrá hacerlo. WA está ahí en sus materiales y en sus herramientas. Esa es la materialidad de su cine, por eso en ese aspecto la identidad autoral se mantiene dura e inconmovible.
Pero hay algo que cambió, motivo por el cual me toca defender a WA en esta ocasión. El cambio es “esrpiritual”. CÓMO? Si, el director construye una historia coral como en la mencionada El gran hotel Budapest, de la cual podría pensarse que La crónica francesa es una rescritura descontracturada y disociada del anclaje literario de Stefan Sweig que si estaba en aquella película de 2014.

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Mar del Plata 2021 – Diario de festival: Pr1nc3s4, Dark Light Voyage, Chango, la luz descubre

Asi las cosas, y en esa dirección de obra, Pr1nc3s4 es un pequeño prodigio. No porque carezca de errores, de problemas, de inconvenientes. Sino porque en ella (al igual que sucedía en Favula) se concentra toda una serie de ambiciones infrecuentes para el cine argentino, cada vez más reacio a cualquier tentativa de riesgo o de apartamiento de ciertos lugares comunes conocidos y atendibles para un público acostumbrado a esos modos.

Finch
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Finch

Finch es una película hankiana también porque no se trata de un proyecto autoral (desde hace rato que el actor ha elegido participar de proyectos en los que la narración depurada e impersonal (en el mejor de los sentidos) sea más importante que el dueño del aparato de escritura cinematográfica), sino que se configura como una película de furiosa raíz clásica, precisamente porque confía en el lenguaje de las imágenes (incluso más allá de algunas agachadas y verbosidades innecesarias del último tramo)

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Por el dinero

De toda la banda de cineastas salidos de la FUC hay dos que supieron encarnar como nadie las formas del cine que admiraban. Tanto Alejo Moguillansky como Matías Piñeiro resultaron ser las mejores encarnaciones y continuaciones de buena parte de los intereses cinéfilos que siempre rodearon su obra. Posiblemente el gran enlace entre ambos sea Rivette. Pero mientras que Piñeiro se pone renoiriano cada vez que puede, a Moguillansky lo tienta un componente más chileno: Raúl Ruiz.

El Culpable
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El Culpable

Se ha querido establecer paralelismos (desde su homónimo original, la película danesa La culpa, cuya reseña pueden leer en este link) entre El Culpable y una presunta diversidad de referencias que oscilan entre el cine de Alfred Hitchcock, el de Brian De Palma, el de Dario Argento (e incluso el de Michael Powell), el cine de William Friedkin o incluso el de Paul Schrader. Pero como cada película es un mundo, con las referencias, con los diálogos intertextuales, excepto que sean expresos y directos, es decir, voluntarios, no hacemos nada. Por eso a las películas hay que pensarlas desde cero, porque como sentenciaba Francois Truffaut, todas nacen iguales. Y merecen su derecho de origen a la escucha y al visionado. Por eso entrar a esta remake de la mano de las influencias y de las comparaciones puede ser fácil, puede parecer sofisticado, pero en el fondo se siente como un ejercicio ocioso.

Cry Macho (Ii)
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Cry Macho (II)

Entonces llega Cry Macho. No llega en Diciembre/Enero como casi siempre llegaban sus películas a las salas. Llega en septiembre, en el fin del invierno del hemisferio sur, como si negara el otoño, como si abrazara la primavera a la vuelta de la esquina con una impunidad de joven y lozano. Y como bien dice Sebastián Rosal (en esta extraordinaria nota), la reinvención de Eastwood tiene la cara de un cuento de hadas, que precisa de un tiempo y un espacio distinto, aislados del mundo. Pero esto no existía en el director previamente? Si me preguntan no puedo dejar de pensar en ese artificio vuelto hacia adentro de la obra eastwoodiana que fue Bronco Billy (película con la que Cry Macho tiene más de un punto en común).

Las Ranas
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Las ranas

No es nuevo: el cine de Edgardo Castro es un cine de cuerpos. Casi no existe otra cosa que no sea el cuerpo. Pero también es un cine de inversiones. En el cine del director lo íntimo puede ser ajeno, lo escatológico puede ser un ejercicio de cuidado, el espacio público puede ser un hogar. En ese orden de inversiones lo que sucede con Las Ranas acaso no sea distinto, pero al mismo tiempo lo es: Edgardo Castro deja de ser el centro de su propio cine y se relega a sí mismo para poder acceder a los demás. En ese movimiento, no obstante, el cuidado se intensifica: todo el recorrido que vemos en la película (Barby, la pareja de un joven preso al que visita y cuida, llevándole toda clase de elementos necesarios, pero fundamentalmente afecto) parece condenado a describir un mundo ajeno y marginal, extraño y casi turístico.

Reminisencia
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Reminisencia

Reminisencia, para decirlo académicamente, es un pato criollo: a cada paso que da, una cagada que se manda. Pero el morbo nos petrifica y no podemos dejar de ver cómo se degrada en su recorrido en el que intenta fichar al mismo tiempo a las formas del cine noir con las estrategias de una ciencia ficción cercana a la década del 80 con melodrama de intensidad hiperbólica (romanticismo desatado, obsesiones malsanas, retornos a la escena primigenia).

La Calle Del Terror Parte I (1994)
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La calle del terror Parte I (1994)

Hay un aspecto que conecta a 1996 con 2021. Hoy, como en aquel momento, el terror se encuentra en un momento de stand by, como si precisara repensar la estrategia de continuidad para avanzar y pensarse mejor. En aquel momento el slasher era lisa y llanamente una mala palabra, un olvido que había sido abandonado casi una década atrás con los últimos casos medianamente rescatables del género entre 1987 y 1988. Por eso Scream (Wes Craven, 1996) supuso una sorpresa para el terror mainstream de mediados de los 90s, habitualmente entregado a thrillers de asesinos seriales o a las últimas rémoras de viejas secuelas ochentosas (aunque en otras latitudes se estaban cociendo habas que germinarían posteriormente).

Black Summer – Segunda Temporada

Black Summer – Segunda temporada

Las segundas partes no son buenas. Más bien pueden ser gloriosas. Las segundas partes pueden o bien profundizar errores o resolverlos. Pueden reformular ideas y amplificarlas para bien. O discurrir en tonos, historias, ideas que fueron abandonadas en un inicio. Pero las segundas partes también pueden, literalmente, reescribir a las primeras, como si estas nunca hubieran sucedido. Algo del orden de las reboots. Frente al medio tono, frente a las imprecisiones y las ideas a mitad de camino de la primera temporada, la segunda de Black Summer hace algo más que la anecdótica frase “subir la apuesta”. Es decir: técnicamente lo hace. Pero no se queda solo en ese atisbo.

El Conjuro: El Diablo Me Obligó A Hacerlo
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El conjuro: El diablo me obligó a hacerlo

No, estimado lector. No se deje engañar por el hermoso plano que ilustra esta nota. Casi nada de esa promesa inicial se sostiene sobre el resto de El conjuro: el diablo me obligó a hacerlo. Está mal? No necesariamente. La película fue castigada por el prologo cuando las dos partes previas de la trilogía hacía exactamente lo mismo: contextualizaban al matrimonio en casos precedentes, a modo de construcción indicial, pero no necesariamente de continuidad narrativa. Quizás sea por eso que en esta tercer entrega molesta: porque la promesa de conexión con lo que prosigue parece mucho más clara, no obstante la relación termina siendo un poco vaga, la presencia diabólica en cuestión se reduce a un mero anzuelo.

A Shaun The Sheep Movie: Farmaggedon
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A Shaun the Sheep movie: Farmaggedon

A título personal tengo que decir que tengo una especial debilidad por las películas realizadas en claymation & stop motion (animaciones en plastilina cuadro por cuadro, para quienes no conozcan los términos), por lo tanto cualquier cosa, literalmente, cualquier cosa que se asemeje a esa técnica me supone convocado como si lanzaran la batiseñal. No obstante lo que le pasó a A Shaun the Sheep movie: Farmaggedon (de aquí en más la llamaremos Farmaggedon…y nunca, pero nunca el título espantoso que le puso Netflix en español, Granjagedón) es un verdadero misterio.

#Postbafici 2021 – The Old Man Movie
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#PostBafici 2021 – The old man movie

Pero The old man movie es bastante más que una sucesión de referencias y formas posibles. Es también una sucesión de descalabros que organizan un devenir delirante que nada tiene que envidiarle a los Hermanos Marx y a Bill Plympton. Pero además de ser una comedia físico-escatológica hermosa y libre, también estamos frente a una película política, que no se olvida de la historia. Por eso todo el sistema discursivo de The old man movie está atravesado por el juego de la mirada retrospectiva a los regímenes comunistas, como si en alguna medida en ese viaje a la casa de campo de los abuelos de parte de un trio de niños-preadolescentes del presente también operara un viaje en el tiempo.

Fin del Contenido

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