1982
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1982

1982 podría funcionar en tándem con Historia de lo oculto, definitivamente, como parte de la nueva moda de revisar los 80s en Argentina. Pero el modo en el que lo hace esta película difiere de las estrategias a las que nos hemos habituado a la hora de recomponer las imágenes del pasado. En el film de Lucas Gallo no está esa tendencia (por momentos irritante) a certificar el discurso visual con el auditivo por medio de una voz over que suture los hiatos. No: la película confía plenamente en la imagen y el sonido del material encontrado, perteneciente a la televisación de ATC (el canal estatal de Argentina) durante el período del conflicto bélico de las Malvinas.

Hermosa Venganza
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Hermosa venganza

Promising Young Woman es una película con los pies bien plantados en el presente. No porque su feminismo de manual convierta técnicamente a todos los hombres que vemos en pantalla en tamaños hijos de puta. No porque condene a cualquier forma de vida que se sumerja en los lugares comunes de una vida pequeñoburguesa tradicional (estudios, pareja monógama, ingresos estables, matrimonio, hijos, una casa propia, etc), que para buena parte del feminismo más ultra es una entrega al patriarcado puro y duro. Quizás su inscripción en el presente más clara tenga que ver con la culpa que ejerce sobre cualquier trama la posibilidad de una somera felicidad.

#Polémica: Allen Vs. Farrow – En Contra

#Polémica: Allen vs. Farrow – En contra

Pero lo terrible de Allen vs Farrow es que lo que menos le interesa es repensar el caso. No le interesa el aspecto jurídico. Sino que en el fondo se ocupa de instalar algo aún más peligroso. Porque a la serie le obsesiona la instalación para-judicial que implica el reconocimiento de un movimiento (con sus pros y sus contras) como el #MeToo para montarse en la andanada mediática antes que en el punto de partida judicial. Aclaremos: lo mejor que supo lograr ese movimiento fue tomar el punto de partida de las acusaciones para generar un estado de conmoción pública que permitiera desnaturalizar los abusos y llevarlos al terreno de la justicia, que es el terreno natural al que pertenecen las vidas privadas de las personas (tanto víctimas como victimarios: se llama estado de derecho y nos debe proteger a todos por igual ante cualquier lapidación pública). El problema es cuando el movimiento invierte su carga de prueba y da por sentada la imposibilidad jurídica y sustituye ese horizonte por el de la denuncia pública.

Bafici 2021 – Diario De Festival: Concierto Para La Batalla De El Tala/Directamente Para Video/Carmen Vidal Mujer Detective
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Bafici 2021 – Diario de festival: Concierto para la batalla de El Tala/Directamente para video/Carmen Vidal Mujer Detective

Comencé mi Bafici con dos películas uruguayas y con la última de Llinás. Ninguna de ellas de adaptó a mis presagios. Creí que me iba a encontrar con cosas distintas a las que me encontré en cada caso. Asi que la novedad sigue su camino. Con lo bueno y lo malo que esto tiene para un festival, claro. Comienzo en orden de interés, de sorpresa y de sorpresa o de imprevisibilidad y avanzo.

The World Is Full Of Secrets
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The World is Full of Secrets

Todo es historia. Todos somos historia, de alguna u otra forma. Graham Swon no precisa demasiadas herramientas (como el Llinás de los momentos narrativos más inspirados en la voz over de La Flor) para construir un clima perfecto, en donde todo está tan abierto, tan a flor de piel, tan delicadamente planificado con maldad inaudita que cualquier breve atisbo de normalidad se convierte en una amenaza.

Santa
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Santa

El plot, en este sentido, es bastante simple y no aporta demasiado a la trama, ya que lo que nos promete no es algo que nos sea ajeno a lo que podemos haber escuchado en torno al negocio de la trata de personas. Tampoco lo es en relación al modo en el que el cine se ha propuesto narrar ese espanto. Santa, partiendo de este punto, elige el lugar común de salida, ya que narra la búsqueda desesperada de un hermano detrás de su hermana recientemente secuestrada, a la que presume encerrada en un lugar de cautiverio y explotada sexualmente. De ahí en más la búsqueda desesperada con ayuda de un primo, el ingreso en el mundo turbio de la trata y finalmente el encuentro. Pero ahí es donde el asunto cambia.

Saint Maud
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Saint Maud

No hay nada nuevo. No existe la novedad. No hay manera de invocarla sin estar pergeñando una estafa de raíz. Pedirle a Saint Maud que no se comporte como todos y cada uno de los exponentes del cine de personajes que asumen un camino de santidad, con todas y cada una de las estaciones del calvario de una pasión con horizonte de crucifixión, sería absurdo. No obstante seguimos, porque la película de Rose Glass no carece de ideas visuales. Tampoco le sobran, pero las que tiene permiten que podamos avanzar sobre el camino de lugares comunes que nos resultarían insoportables en cualquier otro contexto.

Promising Young Woman
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Promising Young Woman

Hay películas que dialogan con su época con una precisión admirable. Nada de esto las convierte en películas particularmente buenas o admirables, más si son atendibles porque no todo el cine tiene esa capacidad de interlocución con su tiempo. No obstante, una película como Promising Young Woman bien podría confundirse en su capacidad de interlocución ya que toda su textualidad está atravesada por los 80s, por los 90s…y, en el orden de inscripción genérica, por los setentas. Los 80s están en su formato de comedia romántica torpe y algo hughesiana sobre una chica excéntrica (si: alguien que ha salido del centro, luego veremos por qué). Los 90s están en su tono colorinche de bublegum pop tan alla Britney Spears (el parecido de carey Mulligan con la princesa del pop no es casual, es completamente deliberado). Y los setentas están en el inquietante retorno (cada vez más naturalizado en las películas de los últimos cinco o seis años, valga decir) del formato de ese subgénero nauseabundo llamado Rape and Revenge.

Sound Of Metal
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Sound of metal

Todo el recorrido que nos propone Sound of metal es similar a aquel que lleva adelante un esquiador a lo largo de una ladera empinada que previamente ha indagado: conoce los accidentes geográficos que va a atravesar, sabe que habrá peligros, conoce el territorio y no obstante, al iniciar la bajada, se sorprende de todas maneras. Porque de hecho todo el recorrido que hace es un recorrido que conocemos y que podemos prever pero al mismo tiempo se trata de una caída distinta.

#Postmardelplata2020: Adiós A La Memoria
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#PostMarDelPlata2020: Adiós a la memoria

La crueldad del documental de Nicolás Prividera tiene dos frentes, que se retroalimentan, acaso no muy afortunadamente, dado que contrario a una interdependencia por momentos lo que prevalece es una actividad de parasitación. Necesaria? Si, para as certezas del director, no para la película. Porque en Adiós a la memoria conviven dos miradas: una repleta de cuestionamientos, misterios, oscuridades: cree en el poder del cine; la otra sobreviene a partir de la necesidad de aportar conclusiones, aseveraciones sobre un mundo al que el director precisa anclar su material para que lo privado se vuelva material de interpelación de lo colectivo: esta última se vale del cine para construir un aparatito encargado de bajar línea.

Mar Del Plata 2020 – Diario De Festival : 1982, Esquirlas, No Existen 36 Maneras De Mostrar Como Un Hombre Se Sube A Un Caballo
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Mar del Plata 2020 – Diario de festival : 1982, Esquirlas, No existen 36 maneras de mostrar como un hombre se sube a un caballo

Llorar como marrana. Me pasó eso. Aparentemente no tienen nada que ver entre si las tres películas que vi (sumo una cuarta, una colada, sobre la que escribiré más adelante: Adiós a la memoria). Pero si algo logró conectar a 1982, Esquirlas y No existen 36 maneras de mostrar como un hombre se sube a un caballo en mi caso el hilo fue la emoción. Ya me explicaré.

The Vow (Parte 2)

The Vow (parte 2)

HBO anuncio una segunda temporada de The Vow mientras nos distraía con las derivaciones del capitulo a capitulo de la primera. Sea como fuere, ahi donde nos prometio 10 episodios el asunto se detuvo en 9. Y la espera absurda llego a su fin con postergación: “ah, se terminó así? Ya está?”. Por lo pronto debe tratarse de la serie con mayores dilaciones y estiramientos que recuerde haber visto en mi limitada existencia (y acaso poco importe). Pero aunque no lo crean no se trata de un dato menor: toda la segunda mitad de la serie no hace sino jugar con los tiempos y su prolongación. Y lo hace sencillamente por un motivo: cuanto mas se acerca al presente (si bien la serie va y vuelve a lo largo de casi 20 años o mas), mas tiempo precisa para hacernos esperar al cierre, que es previsible y que se da casi en paralelo a nuestro proceso de visionado del material (el final se filma en la ultima semana de julio y para la primera de agosto comienza a emitirse). En ese juego en el que todo podía salir muy bien o muy mal la serie nos obliga a participar incluso aunque no lo querramos, porque su formato de emisión es uno que refiere a otra época, cuando semana a semana nos enterábamos de los hechos. El tema es que no estamos acostumbrados a ese formato de emisión con un caso real en proceso.

Dossier #Contralacorrecciónpolítica (Vi)
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Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (VI)

Recuedo con alegría, con felicidad, los primeros dosmiles. Dormía poco, me divertía con amigos y amigas en fiestas, vivía en un pequeño departamento en capital y me llenaba de películas semana a semana. En particular las comedias. Allá por 2004, cuando El Amante cine estaba vivita y coleando (QEPD), disfruté mucho de un dossier en el que un grupo de críticos se hubiera propuesto pensar, quizás antes que nadie, en eso que luego supimos reconocer como la Nueva Comedia Americana. Porque hace ya casi dos décadas, la NCA era eso: libertad, inteligencia, sentido del humor, respuesta a la solemnidad y a los lugares comunes. Pero el pasado, a su manera, también son los padres. Y a los padres hay que matarlos (simbólicamente, ningún parricido, gente). Porque a veces es “mejor contradecirse antes que oxidarse” le escuché decir a Javier Porta Fouz en una de sus clases que nos brindaba a los alumnos y alumnas de la vieja escuela de crítica de El Amante (QEPD también). Entonces 2020. Existe la NCA? Si y no. Y de lo que existe, queda algo de aquel espíritu de hace dos décadas?

The Vow (Parte 1)

The Vow (parte 1)

Las sectas son una fascinación para mi. Cada vez que puedo vuelvo a películas o series sobre sectas, sobre sociedades secretas. Pero lo que mas me fascina de ellas no es su aspecto, a primera vista, oculto. Sino su componente humano. Porque si algo caracteriza a las sectas es, precisamente, su aspecto contra-institucional, su costado “antisistema” (en la mayor parte de los casos anti estado, pero también excediendo a esa categoría fácil que podría convertir a toda secta en un ejercicio de anarquistas o anticapitalistas). Pero el caso que narra The Low (que como buena serie de HBO cumple con esta tediosa costumbre de ir subiendo capítulos semana a semana…a lo largo de meses…por lo que esta nota se va a fragmentar en tres grande segmentos) es algo mas que la historia de un grupúsculo de hippies, un grupo de guerrilleros, un grupo de anarquistas, o un grupo de hiperreligiosos. No: la historia del grupo NXIVM y su líder Keith Raniere es la historia de una secta pro-capitalista. O una secta cuya presentación externa no hizo otra cosa sino replicar los mecanismos de construcción piramidal de los estamentos de poder en el interior de una empresa exitosa.

The Boys – Temporada 1
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The Boys – Temporada 1

Si algo prevalece luego del visionado de la primer temporada de The Boys (la vi hace un montón, pero por diversos motivos siempre pateé la escritura hasta hoy: todavía me pregunto por qué) es el abierto deprecio hacia el género de superhéroes, que es un rasgo bien contemporáneo que divide aguas entre quienes disfrutan enormemente con esa forma de la épica y quienes la desprecian y asumen todo el tiempo la postura de la otra orilla, la postura de los descreídos. La realidad es que, incluso con esa pose definida -ostensiblemente progresista, anticorporativa por excelencia-, con algunas aclaraciones previas, el gusto por la serie termina pasando por otro lado. Justamente: su carácter refractario al mainstream adocenado es, precisamente, lo que menos interesa. Pero esas críticas hacia el mundo de lo heroico (“los superhéroes no nacen, se hacen” dice el tagline de la segunda temporada que, en buena medida corona el arco dramático del recorrido de la primera, que es el de la desmitificación: los superhéroes son sexópatas, voyeurs, sádicos, hipócritas, inseguros, etc: acaso no debería ser un rasgo a explotar positivamente toda esa carga de humanidad?) son la contracara moralizante de un aspecto mucho mas interesante, que es el que proponen los personajes. En ese horizonte de intereses, The Boys es una serie liviana y compleja a la vez, inteligente y con un sentido del humor negrísimo.

Ciudad Del Miedo: Nueva York Vs La Mafia

Ciudad del miedo: Nueva York vs La mafia

Tanto la película italiana como la miniserie documental que nos permite ver Netflix en estos días parten de un dato en común: buena parte de las democracias occidentales, durante gran parte del siglo XX, decidieron dar la espalda a cualquier tentativa de institucionalidad, romanizando y naturalizando el delito y la violencia. Naturalmente que el correlato de ese desprecio también tiene un origen en una bajísima calidad institucional que terminó habitando e inoculando ese desprecio a toda forma de democracia y república mediante la exacerbación de su contrario: la paraestatalidad del delito como alternativa a la decepción generada por el sueño de una república democrática, institucional e inclusiva que nunca llegó. O que en todo caso llegó para equivocarse, tener miles de agachadas y traicionar a sus defensores. Pero la historia que narra este documental breve y adictivo no es el de la génesis de ese mundo delictivo como alternativa (que en los 20s y 30s supo configurar detrás del gangster film un horizonte de reprsentación del imaginario contra-institucional, pensemos en Scarface (Howard Hawks, 1932)), sino el del movimiento de respuesta a esa instalación y naturalización del mundo del delito.

Dossier Obras Maestras Desconocidas/Secretas (V)
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Dossier Obras maestras desconocidas/secretas (V)

El dossier sobre obras maestras secretas/desconocidas tiene ese no sé qué de revelar algo oculto, algo prohibido, el gusto por el escondite, el encuentro con algo clandestino. Por eso se trata de un dossier íntimo y público a la vez, en el que jugamos a pensar listas de películas olvidadas, desconocidas o ningunearas al momento de su estreno y en la posteridad. Aquí les dejamos la quinta parte de este dossier. Esperamos que lo disfruten en su integridad.

Jeffrey Epstein: Asquerosamente Rico

Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico

Cuando vi la mediocre Jeffrey Epstein: un rico asqueroso (la traducción debió ser esa, no la inadecuada Jeffrey Epstein: Asquerosamente Rico) se me impuso en algún lugar de la cabeza el retorno a Carcosa. Pero se trataba de un retorno cambiado, modificado por el horror manifestado en espantos mas terrenales (en este caso no había sectas, pero si abusos de poder piramidales que derivaban en abusos sexuales de distinta clase). La Carcosa de esta serie repleta de problemas (el mayor es la nula empatía que muestra con los entrevistados y la incapacidad manifiesta de profundizar mas allá de lo obvio y superficial del caso) es una multiplicación de espacios: tiene lugar en Palm Beach, Florida, en una isla del caribe, en una mansión en Nuevo México, en otra mansión en Francia. Ese espacio de horrores, abusos y perversiones aquí se dispersa, se vuelve material para un noticiero de media tarde. O en su defecto, para una mezcla de programa sensacionalista de crímenes con programa de chimentos.

La Fiesta Silenciosa
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La fiesta silenciosa

La fiesta silenciosa es un Rape And Revenge? Inevitablemente hay algo de eso. Pero también excede a ese género extremo, que no es nuevo ni nació en los 70s, pero en todo caso si proliferó a partir de esos años. Desde El Manantial de la doncella (Ingmar Bergman, 1960) hasta La última casa a la izquierda (Wes Craven, 1972) desde Los perros de paja (Sam Peckinpah, 1971) hasta They Call Her One Eye(Bo Arne Vibenius, 1974), desde El vengador anónimo (Michael Winner, 1974) hasta Angel de venganza (Abel Ferrara, 1981), podemos encontrar exponentes de este género en el que el sadismo, la incorrección política y el reaccionarismo son moneda corriente. Pero la película del duo Fried-Finkelstain no subvierte ninguna de las tradiciones del género, en todo caso las utiliza para fines no del todo claros: no hay en la película una definición clara sobre su presunción de denuncia de la violencia por mano propia, denuncia de la violencia sexual o lisa y llanamente la naturalización de la violencia como moneda corriente de las relaciones, violencia que espera explotar en el momento indicado (todas las referencias a la naturalización del mundo de las armas es un subrayado innecesario en este sentido, pero es la justificación de las acciones ulteriores)

Wasp Network
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Wasp Network

Con cierta expectativa, considerando que quien estaba detrás del proyecto era el director de las notables Irma Vep, Las horas del verano, Carlos, The Clouds of Sils Maria y Personal Shopper, me dispuse a ver Wasp Network (que también puede conseguirse con el nombre The Cuban Network, uds sabrán indagar en el cosmos que nos brinda internet), acaso con la expectativa de encontrarme con un caso que siempre me interesó que fue el caso conocido como los cinco de Miami (The Miami five, sobre el cual pueden leer brevemente aquí). El caso en si cuenta con una diversidad de ribetes que no vale la pena traer al caso, pero que en todo caso eran material más que suficiente para construir un thriller político de espionaje de ida y vuelta. Ciudadanos que se vuelven agentes de inteligencia que en realidad hacen contrainteligencia pero sobre los cuales no terminamos de saber sus motivaciones. Con ese punto de partida Assayas podría haber convertido a Wasp Network en una gran película sobre los horrores de la dictadura cubana, pero también sobre las injerencias de la CIA, la relación con el narcotráfico y varias cosas más. Pero no. Assayas tomó las peores decisiones posibles. Yo me pregunto: Olivier, vos también bajoneabas chocolinas y té a la madrugada viendo a los obispos brasileños?

Dossier Comedia Para El Fin De Los Tiempos: Una Introducción
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Dossier Comedia para el fin de los tiempos: Una introducción

Al mediar el mes pasado, en los intercambios de mails, mensajes e ideas, surgió entre algunos compañeros de la redacción la idea de salirse del microclima (que en realidad es generalizado, pero que genera la toxicidad propia de respirar dióxido de carbono en vez de oxígeno) de la pandemia. No solo nos propusimos organizar una serie de notas en torno a las experiencias de confinamiento -pero mas que nada notas sobre los modos de evadirse de ese encierro mental- sino que surgió la imperativa necesidad de escribir sobre películas que nos hicieran felices. Pero como bien indica el editorial que abre este número, no nos interesaba pensar en una felicidad anestésica, de esas que buscan ocultar el dolor, la incomodidad y el espanto. En todo caso creíamos que se trataba de una felicidad que pedía a gritos abrazar las contradicciones. Por eso no se nos ocurrió un género mejor para acercarse a esa experiencia que la comedia. De cualquier clase: la comedia física, la comedia taimada y verbal del screwball, la comedia musical, la comedia escatológica, la comedia romántica, la comedia sofisticada. Porque la comedia es el género de las pesadillas. Cómo? Nadie lo puede explicar mejor que George Bayley, el protagonista de Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946), cuya vida se convierte en un oscuro camino. Y que en virtud de la mediación de un milagro imposible (el milagro de la comedia es mayor que cualquier milagro de navidad) logra salir de esa oscuridad, que se impregna y que no se borra.

Ozark – Tercera Temporada

Ozark – Tercera temporada

La realidad es que cuando revisé todas las temporadas y seguí la continuidad hasta la tercera se me vinieron las novelas de Guebel a la cabeza (y la figura de Galimberti con sus mutaciones). No podía dejar de pensar que eso que Guebel supo construir en pocas páginas -al final de cuentas no es otra cosa que un cambio rotundo en la vida de una persona hasta convertirla en algo irreconocible en comparación con su origen- en Ozark se construía en cámara lenta, como si se tratara de un proceso lento, pero agobiante en su arquitectura trágica, como si todo el asunto de las tres temporadas fuera un gran efecto dominó inalterable. Por eso cuando esta tercer temporada llegó nada de lo que nos terminó por proponer resultó imprevisible.

#Gimmeshelter: Cine, Series, Libros Y Otras Cosas Para Sobrevivir (Iii)
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#GimmeShelter: cine, series, libros y otras cosas para sobrevivir (III)

Qué pesadilla todo esto, no? Si y no. Dependiendo de dónde nos agarre parados esta reclusión tiene algo de bueno y algo horrible. Lo bueno aparece cuando podemos apropiarnos de la situación y convertirla en un hecho privilegiado (algo que no puede generalizarse), lo malo, cuando no tenemos siquiera la remota posibilidad de aprovechar algo de todo esto y vivimos en el día a día desesperados por una economía que se destruye y con el cuidado sanitario que parece imponerse como único criterio (cuando quizás hay matices y formas distintas de cuidarse y cuidar a la población). En mi caso personal no me siento particularmente privilegiada (ni mi heladera está demasiado llena, ni mi billetera rebalsa de billetes ni mi trabajo me asegura que mañana no pueda degradarse mi situación socioeconómica) pero tampoco particularmente damnificada. Asi que en vez de entrar en esta suerte de estrés post-traumático que supone hablar siempre de lo mismo 24/7 (las 24 horas, los siete días de la semana) asumí como un mecanismo de defensa la lectura, el cine, las series y la música.

Dossier Estudio Ghibli (Xv): La Colina De Las Amapolas
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Dossier Estudio Ghibli (XV): La colina de las amapolas

Durante años me convertí en fantática empedernida de los melodramas más hiperbólicos que se puedan imaginar. El melodrama y la hipérbole van bien de la mano. De hecho casi que son redundantes. No obstante a partir de un determinado momento en la historia de ese género maravilloso (si pueden consigan el imprescindible Contesting Tears, estudio de Stanley Cavell sobre el melodrama clásico que no tiene el menor desperdicio) viró hacia formas acaso más contenidas, menos exageradas, pero no por eso menos sentimentales, menos sufridas. No, no le pidas Ripstein a los franceses. Pero tampoco a Miyazaki. Escrita por el padre y dirigida por el hijo, La colina de las amapolas es un melodrama hecho y derecho, pero pertenece a esa tradición de los melodramas contenidos, silenciosos, casi avergonzados de su pertenencia.

Seberg
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Seberg

La realidad es que la mayor parte de quienes vimos Seberg lo hicimos con poco conocimiento del caso en particular (al menos yo no me voy a mandar la parte y dedcir que conocía este episodio de persecución política de parte de servicios de inteligencia estadounidenses sobre la actriz que durante casi una década apoyó a grupos políticos contra sistema, por ejemplo los Panteras Negras). Posterior a la película indagué un poco más y a decir verdad el caso es apasionante. Lo que no causa pasión alguna es que un contador de palotes sea el encargado de armar el sistema narrativo de una película que demandaba más de la paranoia polanskiana de El bebé de Rosemary o de la locura claustrofóbica de la indirectamente citada La conversación que de lo que terminó resolviendo. No hay, en definitiva, decisión alguna. Porque lo que prima en Seberg es esa equidistancia cómoda que quiere contar mucho a la vez para no contar nada.

Dossier Estudio Ghibli (Xi): Mis Vecinos Los Yamada
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Dossier Estudio Ghibli (XI): Mis vecinos los Yamada

Cuando nos propusimos armar el dossier del Estudio Ghibli toda la redacción tuvo a su alcance un cronograma de estreno online de las 21 películas del estudio en cuestión. Pero por algún motivo, dado que en la primer horneada había sido de las personas que primero eligió, me di cuenta que todos elegían películas más o menos conocidas, más o menos notables visualmente, pero que casi todo el mundo le huía a una en particular, que se encontraba en el fondo de la caja, como un cachorrito con un ojo mocho o algo similar. El patito feo de la elección tenía nombre y apellido. Y yo me lo llevé gustosa, porque se trataba de una película que no había visto en mi vida. Me dediqué a investigar sobre ella y entendí por qué había sido dejada de lado (no solo por mis compañeros de redacción, a quienes adoro y respeto), sino por las diversas coberturas que le fueron dedicadas a las películas del estudio a lo largo de su historia. Mis vecinos los Yamada son el patito feo porque, en buena medida, rompen con el tamiz autoral-marca de estudio que Ghibli supo darle a casi todas sus películas. A tal punto esto es asi que esta película fue la directa responsable del mayor fracaso en la historia del estudio, a la vez que generadora de reevaluaciones de parte de sus directores a la hora de pensar la continuidad. Tal y tamaño fue el fracaso que todo lo que vino luego de ella no fue sino una profunda y profusa reafirmación de todas y cada una de las marcas de las Ghibli movies.

The Trials Of Gabriel Fernández

The Trials of Gabriel Fernández

Sea de la forma que fuere (ya sea agarrándome de los pelos conmigo misma, ya sea replicando el meme de spiderman señalándose a si mismo) me dispuse a ver la serie porque, si algo tiene este documental es un gran punto de partida, un hecho que narrativamente vincula a lo que vamos a ver con un cine de terror materialista, perturbador, oscuro. Pero que de a poco va perdiendo algo de ese peso ominoso inicial y se va transformando en una suerte de thriller judicial contra las instituciones del estado, lo que dispersa en buena medida la potencia del punto de ataque de los seis capítulos que forman The Trials of Gabriel Fernandez (me niego a utilizar el ridículo título en español de Justicia para el pequeño Gabriel, que pierde en buena medida el corte jurídico del nombre original). O al menos dispersa el componente más ominoso hacia un terreno deliberadamente institucional. Y con esa institucionalización, la potencia narrativa de la serie se ramifica hacia todos los ejes posibles que atraviesan la cadena de responsabilidades que se sucedieron para que esa muerte pudiera existir.

El Hombre Invisible
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El hombre invisible

La particularidad de El hombre invisible versión 2020 radica en su manera de aludir al tiempo actual pero sin denominarlo. Como si el presente no hablara desde las palabras (no oiremos femicidio, ni machismo ni conductas violentas del patriarcado) sino desde sus metàforas mas elementales. Por eso el hombre invisible es elegante visualmente cuando se abstrae pero banal cuando se encarna en metàforas de rigor. Por eso su bajada de línea sobre las formas de violencia machista no se hace evidente desde lo verbalizado pero si es una presencia constante desde la operación figurativa. Porque ese hombre invisible que la película construye no es una particularidad ni un caso aislado, sino que parece orientarse decididamente a erigirse como gran metáfora de las formas de la violencia patriarcal que no son registradas, observadas, atendidas ni por autoridades, ni por familia ni amigos. En rigor de verdad, cuando esa abstracción juega al thriller paranoico-terror psicológico la película avanza con cierta profesionalidad, porque son sus imágenes y la potencia de los encuadres vacíos y los paseos aquello que nos guía por el universo alucinado (a primera vista, claro) de la protagonista.

Dossier Estudio Ghibli (I): Kiki’S Delivery Service
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Dossier estudio Ghibli (I): Kiki’s Delivery Service

Kiki’s delivery service es una de esas obras que no necesitan ser maestras para ser películas que te hagan bien, que te cuiden, que te digan que las cosas en algún momento pasan, que lo malo en algún momento se termina y que nos podemos levantar aunque todo complote en nuestra contra. Esa tarde de domingo Kiki fue mi amiga íntima. Pero también fui un poco yo. Esa historia de una brujita lanzada de su casa (no en el mal sentido, sino en la necesidad de obligarla a enfrentarse con las obligaciones del mundo) me retumbaba en la cabeza. Me recordaba mis primeros trabajos a los 13, 14, 15. Me recordaba la necesidad de hacerme un espacio a los codazos mientras tenía que terminar la escuela y seguir estudiando. Pero me recordaba que crecer es también aprender a estar solas.

Mujercitas
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Mujercitas

Los créditos son secos. Como la tipografía de cartelería de la nueva versión cinematográfica de la novela de Louisa May Alcott. Como si no hubiera que demarcar nada particularmente femenino en ese mundo de mujeres. Nada de elegir una fuente con firuletes ni nada que se asemeje a las versiones previas. Sino que sea lo más neutral posible. Una película con mujeres, no una película para mujeres o de mujeres. Una neutralidad que anticipa algunas de las elecciones que reconoceremos luego. Porque si algo tiene la inteligente versión que encaró Greta Gerwig (amén de esa suerte de marca autoral de narrar historias de mujeres que deben construir su camino en el marco de las dificultades del mundo que las rodea, sea cual fuere la época que les toque) es su capacidad para haberse apropiado del texto original, sabiendo iluminar contornos, sabiendo difuminar otros, logrando que en una aparente escritura neutral no deje de estar presente la marca individual. Y que esa marca se convierta en un gesto hacia adentro pero también hacia afuera de la película. Porque en esta adaptación el movimiento que organiza la narrativa es doble. Por un lado una autoconciencia (que ya estaba en el texto de origen), pero al mismo tiempo una necesidad de que esa autoconciencia interpele al presente, como si la película precisara de una serie de notas al pie para que no pueda ser fácilmente acusada de construir un mundo de mujeres a la expectativa de la llegada de los hombres a sus vidas.

Fin del Contenido

Fin del Contenido