Ave Fenix

Por Marcos Rodríguez

Ave Fénix (Phoenix)
Alemania/Polonia, 2014, 110′
Dirigida por Christian Petzold
Con Nina Hoss, Ronald Zehrfeld, Uwe Preuss, Nina Kunzendorf, Michael Maertens, Uwe Preuss, Imogen Kogge, Eva Bay, Kirsten Block, Megan Gay, Valerie Koch

Versiones (*)

Por Marcos Rodriguez

Se puede decir con cierto grado de seguridad que Petzold ha logrado finalmente una película perfecta, con todo lo que puede significar ese término. Ave Fénix es la cumbre de ese arduo trabajo que emprendió hace ya bastante más de una década, y que implicaba trabajar para unir la tradición de la narración milimétrica del cine clásico con la conciencia política y posmoderna (esto es, consciente de ese pasado del cine) del cine moderno.

No se trata sólo de que logró una superficie pulida y fluida para una narración que logra la naturalidad del viejo cine perdido, sino que esa narración oculta casi sin costuras un género anticuado pero no por eso menos enigmático como es la que podríamos llamar la fábula ética.

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Ave Fénix es la puesta en metáfora de la reconstrucción de Alemania: cada personaje se puede leer (sin demasiado esfuerzo) como el representante de una postura moral a la hora de lidiar con las consecuencias del nazismo. Por un lado está la judía masculinizada/militarizada que busca detalladamente la justicia y que sólo encuentra como posibilidad la construcción del estado de Israel. Por otro, el alemán que traicionó a su esposa judía y ahora busca salir adelante a través del dinero (que llegaría poco después con el Plan Marshall). Finalmente, tenemos el coro de alemanes que quieren dejar atrás el horror de la guerra y solo quieren/pueden soportar la idea de una vida restituida que niega el dolor indecible. En el medio, Nelly, la judía integrada, la víctima, la propia Alemania que debe atravesar cirugías y adiestramientos para más o menos parecerse a la que era antes y poder volver a esa vieja vida que niega (como un salto) todo aquello que pudo haberla desfigurado. En las relaciones y los intercambios entre estos actores se postulan todas las posibilidades que surgen de lo imposible: vivir después del nazismo.

El nazismo en sí mismo no es el tema de Ave Fénix, apenas si se lo nombra. Esa probablemente sea su decisión más sabia: no busca representar aquello que no puede representarse y al dejar el horror fuera de campo permite que tome toda su dimensión. El nazismo no es algo que pueda representarse en la medida en que toda representación lo explica. Lo que vemos en la película de Petzold son apenas los escombros que dejó. No aparecen nazis en Ave Fénix. Los alemanes (más o menos colaboracionistas) son todos buena gente, el pueblo alemán. El pueblo que, como los judíos, tuvo que vivir con el nazismo. Es fácil condenar a los nazis, es más difícil tratar de acercarse a la vida que siguió después de aquel horror.

Phoenix Photo2C Nellynina Hoss Foto Christian Schulz Cschramm Film

¿Cómo puede Alemania vivir después del nazismo? Lene Winter solo puede pensar en la justicia, en la meticulosa restitución de aquello que fue violado. Johnny (y todos aquellos a quienes él pretende entender y que, efectivamente, se comportan tal y como él había predicho) solo quieren mirar hacia adelante, reconstruir, seguir con sus vidas. Lene solo mira al pasado, Johnny solo al futuro. Ninguno de los dos logra ver a Nelly, aquella que lleva el horror tatuado en su piel. Lene podría parecer la única opción justa en la posguerra, pero esa opción es una opción de muerte.

Parte de la sabiduría narrativa que hace de Ave Fénix una película perfecta es que toda la película está construida en torno a una canción. Pocas veces en la historia del cine se construyó de forma tan completa y cuidadosa una única y gran escena final, una canción que concentra toda la fuerza de lo que se narró en un momento luminoso, inolvidable.

Petzold empieza a preparar ese momento desde el principio: con los créditos iniciales empezamos a escuchar ya la primera de las cuatro versiones de “Speak Low” que dominan la película. Es una versión instrumental, más moderna, sugestiva, cargada de promesas. Esa misma versión se escuchará varias veces en la película, como la única música extradiegética presente en Ave Fénix.

Hacia el final del primer tercio de la película escuchamos una segunda versión de “Speak Low”: suena en un disco de la época y hoy parece algo anticuada, aunque sea la original. Esa versión distante (por cómo se la presenta, por cómo suena) es tema de conversación entre los personajes: Lene dice que la escuchaba en Londres todas las noches antes de ir a dormir, poco antes de decir que ya no soporta escuchar canciones alemanas. Todavía en vías de recuperarse, Nelly le promete que se la va a cantar. Pero terminará cantándola para otro público.

La tercera versión de “Speak Low” que aparece es de nuevo instrumental y suena la primera vez que Nelly entra en el club Phoenix, un antro entre las ruinas del sector estadounidense de Berlín al cual llega para ver si encuentra a su ex marido. Inmediatamente después de esa canción se nos presenta un número musical interpretado por dos mujeres que remite de forma directa al ambiente de la República de Weimar, la Alemania antes del nazismo.

La cuarta versión es ya la definitiva y ocurre en el final de la película, cuando Nelly canta esa canción que le había prometido a Lene al público de la Alemania restituida y lozana que la escucha satisfecha una tarde de sol. Al principio, Nelly tiene problemas para cantar y su interpretación se parece mucho a ese cantado/recitado que caracterizó, por ejemplo, la música de Marlene Dietrich. Pero pronto su voz se eleva, al igual que la tensión/emoción que desata la escena.

Phoenix German Movie Nina Kunzendorf Foreign Movie21

Esa canción, ese momento ponen en escena todos los conflictos que supo presentar Ave Fénix. En una canción de jazz se concentra el dilema de la historia de Alemania. No se trata simplemente de que en ese instante Johnny finalmente comprende quién era la persona que tenía enfrente (porque escucha su voz, porque ve un tatuaje), el corazón de esa escena está en la propia Nelly que recupera finalmente su voz y se aleja del escenario.

¿Había realmente otra opción para Alemania más que la negación? ¿Habría llevado la meticulosa justicia más allá de la muerte? ¿Hace mal Nelly en olvidar, en perdonar? ¿Puede perdonar?

Así como toda la fuerza de Ave Fénix se concentra en ese embudo emotivo/argumental que es “Speak Low”, la sabiduría de la película se muestra en plantear todas estas preguntas pero no dar una respuesta, no por el hecho de dejar abierta la lectura al espectador (juego ilusorio) sino por el hecho de que dar una respuesta era hacer suponer que es posible una respuesta.

(*)Publicada en El Amante Cine, Marzo de 2015

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