Brawl in Cell Block 99

Por Ignacio Balbuena

Brawl in Cell Block 99
EE.UU., 2017, 132′
Dirigida por S. Craig Zahler
Con
 Vince Vaughn, Jennifer Carpenter, Marc Blucas, Don Johnson, Tom Guiry, Udo Kier, Dan Amboyer, Mustafa Shakir, Fred Melamed, Geno Segers, Clark Johnson, Rob Morgan, Pooja Kumar, Philip Ettinger, Michael Medeiros, Jay Hieron, Gabriel Sloyer, Victor Almanzar, Vladimir Troitsky, Larry Mitchell.

Pulp

Por Ignacio Balbuena

Brawl in Cell Block 99 es pulp fiction del más alto orden. No sólo por sus raíces en el cine de género y el exploitation sino porque literalmente los personajes terminan hechos pulpa a manos de un Vince Vaughn, que es pura presencia física y miradas frías, intimidantes en su estoicismo. Desde el comienzo, BICB99 plantea las cosas como son: Nos muestra la pelada skinhead de Vince Vaughn con un tatuaje que le ocupa toda la parte trasera de la cabeza y de movida entendemos que es un tipo que no se anda con chiquitas. Las virtudes de la película empiezan antes de mostrarnos el cráneo afeitado de Vaughn, con un soundtrack soulero sobre una placa con el -tan hermoso como straightforward– título de la película. Simpleza estilística. Al pan, pan, y al vino, vino. Letras blancas grandes sobre fondo negro, R&B al palo (que también sirve para evocar los setentas), y un título que básicamente se traduce como ‘piñas en la cárcel’. Pero la película tarda un buen rato en honrar la premisa de su título, construyendo primero un drama con cierto aire naturalista, o que por lo menos, se toma su tiempo en delinear a Bradley, el personaje de Vaughn, y en llegar a justificar el in crescendo del drama con la brutalidad del final, grotesca en lo explícito pero socarrona en su ejecución.

 

Brawl In Cell Block 99 Don Johnson

Lo vemos primero enfrentando una seguidilla de pálidas: lo echan del laburo y se le rompe el candado cuando tiene que liberar su locker, su mujer está teniendo un affaire después de un tiempo de distancia emocional por un embarazo perdido. Bradley está cansado de esta mala suerte, de que nunca le toque la crema en el surtidor errático de la máquina de café, según sus propias palabras. Herramientas para cambiar el curso de su vida -no miserable pero al menos complicada- no le faltan. Es un hombre de gran fortaleza física, capaz de despedazar un auto a mano alzada. Y también, a pesar de los ataques de ira, se lo advierte metódico, con capacidad para acercarse a los problemas con la estrategia necesaria, midiendo la situación. Después nos enteramos que el personaje era boxeador. Lo vemos dar piñas que retumban, y en el cine, donde vi la película por segunda vez, es mucho más notorio y casi necesario para la experiencia. BICB99 pide volumen, para sentir en el cuerpo propio el retumbe de los golpes de Bradley. Los golpes conectan con agilidad, gracia y movimientos fluidos pero sin firuletes. Vaughn pelea de la misma forma que encara las situaciones cara a cara y las conversaciones tensas. Mide la situación, dice lo que tiene que decir, se mueve lo justo y necesario.

Brawlincellblock99 8

Craig Zahler, director del debut híbrido western-terror Bone Tomahawk, demuestra una aproximación similar al de su personaje a la hora de filmar y tampoco se anda con vueltas. Pone la cámara al servicio de la presencia física de los actores, haciendo hincapié en la coreografía puntillosa y los efectos de gore hechos en cámara (como revela ese hermoso plano final). Abundan los planos fijos y generales, los tiempos más reposados. Al principio esto resulta en un ritmo lento, como si la película buscara deliberadamente ralentar sus tiempos, su trama. Pero la cocción a fuego lento hace que cuando llega la violencia, se siente repentina pero orgánica a la vez.

¿Cómo llegamos a la trifulca del pabellón 99, entonces? Pues bien, Bradley decide retomar contacto con un viejo amigo y empieza a trabajar en el más que lucrativo negocio del tráfico de drogas. Pero cuando se involucra un mexicano todo sale mal, porque obviamente si uno está en el negocio de las drogas y se involucra con un mexicano uno termina preso, muerto o mutilado o todo a la vez, como bien sabe por ejemplo Brad Pitt, que terminó decapitado por aquella trampa siniestra en la película de Ridley Scott. Entonces: a Bradley le secuestran a la mujer embarazada y el cartel mexicano lo chantajea usando al siempre efectivo, siempre siniestro character actor Udo Kier de mensajero y lo obligan a pasarse a una prisión de máxima seguridad, donde Don Johnson es un alcaide con poco respeto por los derechos humanos pero con avidez por los cigarros y los instrumentos de tortura.

Vince Vaughn Brawl In Cell Block 99 7

Allí comienza el descenso al infierno para Vaughn, que conserva la mirada fría y el semblante sobrio pero empieza a ejercer una ferocidad animal en sus oponentes. La película acompaña visualmente este punto de inflexión: de la paleta azulada y fría del comienzo y de la cárcel de seguridad mínima, pasamos a los tonos amarronados y oscuros de la segunda mitad, en donde la estética de la cárcel parece reflejar la de un calabozo medieval, pero con guardiacárceles de negro. Es en esta sección final de la película donde los efectos visuales, la coreografía y el encuadre firme hacen que la película logre afirmarse como uno de los thrillers más sólidos del año, con un Vince Vaughn enorme (en todo sentido). No es de extrañar que una película con una premisa tan sencilla y peleas con violencia extrema tenga a la vez encuadres cuidados, un excelente manejo del tono y una sensibilidad casi artie por momentos en su modo de pensar el drama. S Craig Zahler sabe, como tantos otros directores de género, que el mejor exploitation es el que se filma a conciencia.

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