Buena suerte Leo Grande

Por Gabriel Santiago Suede

Good Luck to You, Leo Grande
Reino Unido, 2022, 97′
Dirigida por Sophie Hyde
Con Emma Thompson, Daryl McCormack, Isabella Laughland, Charlotte Ware, Carina Lopes, Les Mabaleka, Lennie Beare

Frente de liberación

Sin lugar a dudas el procedimiento narrativo que supone cualquier progresión tiene una finalidad dramática: que la causalidad nos permita revelar el desarrollo de los acontecimientos para que los mismos adquieran una función emocional creciente y lleguemos al climax a partir de una suba prevista y previsible. Pero a veces ese clasicismo a ultranza no funciona del todo bien. A veces la brutalidad expositiva, la frontalidad, el cambio de ritmo o, sencillamente, el amesetamiento sin crecimiento en la narración pueden ser mejores amigos que la pulcra sencillez de la linealidad.

Pulcro es un buen adjetivo para pensar en esta comedia teatral inglesa, que hace todas y cada una de las cosas que una obra de teatro de hace 50 años podía hacer con cierto grado de normalidad: encerrar a un par de personajes distintos, esconderlos detrás de máscaras superficiales que sirvan para no revelar lo que en verdad son, someterlos a una situación extraordinaria (al menos para uno de los dos), exponerlos a sus historias previas, determinar sus puntos de vista diferentes como ejes potenciales de conflicto, hacer estallar el conflicto y lograr que caigan las máscaras. Y el final. Todas y cada una de esas pautas las cumple con pulcra elegancia y puntualidad Buena suerte Leo Grande, que cinematográficamente es anacrónica pero que encuentra en una suerte de gerontofilia feminista con perfil new age mas bien materialista, casi epicúreo, es decir, con un eje puesto en la valoración del autoconocimiento pero a partir de la experiencia del cuerpo, también conecta con el presente.

Pero el problema mayor de Buena suerte Leo Grande quizás pasa por la postergación, que atenta contra cualquier posible interés depositado en la suerte de ambos personajes o en la posibilidad de que el personaje de Emma Thompson conozca lo que es un orgasmo por primera vez en toda su vida (hablamos de una mujer de mas de 70 años). Y si bien podemos entender que esa postergación se debe a la retracción de la protagonista y a su represión sexual, toda la película parece elegir el camino del acompañamiento de esa perspectiva, por lo que casi nada de lo que se nos cuenta escapa de lo medianamente esperable…hasta el final. Ese momento en el que los personajes logran salir de la habitación, interactuar con otros, reformular las perspectivas de lo que habíamos visto en los tres encuentros previos, y luego si volver a la habitación, si bien no deja de ser un gran momento crowdpleasser, también se trata de uno de los pocos momentos (si bien esperable) de liberación, de encuentro del cuerpo (Emma Thompson decide mostrar todo lo que no había hecho en casi cuarenta años de carrera: desnudo frontal, masturbación, variadas posiciones sexuales, fellatios, cunnilingus), algo que genera, también, una sensación de liberación en los espectadores, que durante 87 de los 97 minutos que dura la película nos vimos sometidos a un recorrido de represiones y lugares comunes que van minando la película paso a paso.

Me preguntaba, al finalizar, Buena suerte Leo Grande, si no hubiera sido mejor comenzar por el final y construir un largo racconto para llegar a ese momento a partir del cual todo reconecta. Posiblemente la experiencia hubiera sido distinta. Pero a veces el orden y el progreso no es lo mejor que tenemos para mejorar. A veces el caos es la única forma de liberación.

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