Crónicas Canninas (V)
Por Carlota Moseguí
La ópera prima de Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt prometía ser una de las grandes sorpresas del Festival de Cannes. La nueva locura codirigida por los autores de A History of Mutual Respect y Palácios de Pena fue reconocida por el jurado de la Semana de la Crítica siendo galardonada con el premio a la Mejor Película. Abrantes y Schmidt han dado el salto al largometraje con un remake ejemplar de Zoolander, donde Cristiano Ronaldo sustituye al mítico supermodelo de pocas luces que interpretaba Ben Stiller en la película de culto. Cabe señalar que el nombre real del jugador del Real Madrid nunca aparece en el film, pues Diamantino no intenta desprestigiar la figura pública del deportista. Para evitar citar la verdadera identidad de Cristiano (posiblemente por cuestiones legales), los directores creyeron conveniente que todos los personajes de la ficción llamaran al protagonista de otra forma: concretamente, usando el apodo falso ‘Diamantino’ (‘diamante’ en portugués) que titula el film.
Un Carloto Cotta asombrosamente caracterizado como el famoso jugador de la selección portuguesa se retira del mundo del futbol tras fallar un penalti asequible en el Mundial de Rusia de 2018. Incapaz de soportar ser el responsable de la eliminación de su país en el Mundial, ni los virales propagados por las redes donde el futbolista de élite aparece llorando al final del partido, Diamantino sufre la primera crisis existencial de toda su vida. Del mismo modo que ocurría en Zoolander, los supervillanos aparecerán en el mayor momento de debilidad del ídolo de masas. Pero, en esta ocasión, la celebridad no será hipnotizada por otro Mugatu que desea asesinar al primer ministro de Malasia. Aquí, los agentes secretos del Mal, que se harán con el cuerpo y el cerebro de Diamantino, son el alto mando de un partido ultraderechista. Dicha asociación política cimentada en el lema ‘Make Portugal Great Again’ planea servirse de la influencia del personaje público sobre los portugueses para convencer al electorado que vote SÍ a un referéndum sobre la salida de Portugal de la Unión Europea, la construcción de un muro con España y la expulsión de todos inmigrantes del país.
Sin revelar demasiados spoilers para no arruinar el sinfín de sorpresas dementes que aguardan en Diamantino, diremos que Abrantes y Schmidt han conseguido llevar su peculiar humor sarcástico al terreno de la ética y la política. En otras palabras, Dimantino es la definición de lo políticamente incorrecto, camuflado desde la comedia inteligente. La ganadora de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes es una sátira política degenerada que mostrará sus cartas en el epicentro de un thriller queer de ciencia ficción. Asimismo, el universo de Abrantes y Schmidt no conoce límites. Diamantino acoge todas las atrocidades y excentricidades que uno pueda imaginar; entre ellas: historias de amor lésbico del ciberespacio, cachorros monstruosos que comparten alineación con el futbolista, clonaciones y experimentos con mutaciones transgénero, inmorales adopciones de refugiados como hijos-mascota, un Brexit portugués o la irrupción de la xenofobia en la Europa contemporánea.
Siguiendo con la enumeración de las mayores excentricidades vistas en el Festival de Cannes, Ultra Pulpe del francés Bertrand Mandico se situaría en el número uno de la supuesta lista. El nuevo mediometraje del director de Les garçons sauvagesnos sugiere otra espléndida inmersión sensorial en el mundo de la sexualidad femenina. Esta breve joya, exhibida en las proyecciones especiales de la Semana de la Crítica, nos lleva al corazón de la filmación de una antigua película de género pulp. El rodaje de la última producción postapocalíptica de Joy d’Amato –alter ego femenino (y lésbico) del director italiano de serie B de carne y hueso Joe d’Amato– coincide con su ruptura sentimental con la actriz protagonista de la cinta. Un acontecimiento que marcará el devenir del rodaje.
Ultra Pulpe es un juego de erotismo metacinematográfico, donde Mandico alterna momentos reales sobre la separación de la pareja con escenas de esa película pornográfica a medio hacer, en la que monstruos y fantasmas increpan a unas astronautas destinadas a explorar la superficie de Marte. Desde el magnífico arranque de Ultra Pulpe advertimos cómo los extraterrestres, el exceso de purpurina y los neones que iluminarán la presunta obra de serie B han invadido la dimensión de lo real. La estética pulp ha conquistado el mundo, convirtiéndolo en una eterna sucesión de escenas eróticas, donde las mujeres son y serán las únicas protagonistas.
De vuelta a la sección oficial hallamos un film prácticamente idéntico a Ultra Pulpe. Un couteau dans le coeur del francés Yann González no sólo posee una trama parecida, sino que también cuenta con la participación de Bertrand Mandico como actor porno en la ficción. Ambientada a finales de la década de los setenta, la nueva película del director de Les rencontres d’après minuit está protagonizada por una pareja de lesbianas (formada por Vanessa Paradis y Kate Moran), que dominan la industria pornográfica gay. Sin embargo, la fama de la productora que llevan conjuntamente cae en picado cuando un asesino en serie empieza a matar a todos sus actores colaboradores.
Al igual que Ultra Pulpe, Un couteau dans le coeur se compone de secuencias de rodajes simultáneos de nuevas películas eróticas con escenas donde las socias discuten su inminente ruptura sentimental. La desemejanza entre ambos largometrajes se descubre en la estética. González no está interesado en el pulp de Joe d’Amato, sino en el giallo italiano. Asimismo, el personaje del asesino que mata a sus víctimas varones con un cuchillo, antes, durante, o después de seducirlas, es su indiscutible homenaje al giallo. Tras la oleada de muertes, Vanessa Paradis se obsesionará por descubrir la identidad del autor de los homicidios. La protagonista hará un largo viaje –incluso a otras épocas– para desenmascarar al gran villano.
