Colossal 

Por Federico Karstulovich

Colossal
España-Canadá, 2016, 109′
Dirigida por Nacho Vigalondo.
Con Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Dan Stevens y Tim Blake Nelson

Curb your enthusiasm

Por Ignacio Balbuena

Quería que me gustara mucho Colossal, desde que se anunció en 2015 que Anne Hathaway iba a protagonizar la historia de una mujer que termina controlando un Kaiju que se manifiesta en las calles de Seúl. Vendida en su momento como un mashup entre Transformers, Godzilla y películas como El Ladrón de Orquídeas o Quieres ser John Malkovich, Colossal fue finalmente, no una decepción, pero sí una película que podría haber sido excelente en manos de otro director que fuera capaz de mezclar lo geek con lo humano de forma más interesante. Realmente está a años luz de la inteligencia y calidez de las películas de Spike Jonze que Nacho Vigalondo tiró como referencia.
Para empezar, Hollywood tiene un tema con los borrachos. Jamás me creo a la Anne Hathaway alcohólica que la película propone desde el comienzo. La película insiste en querer mostrar un conflicto interno que simplemente no existe. La vemos peleándose con el novio (Dan Stevens, muy mal aprovechado), teniendo blackouts, pero tampoco la vemos beber demasiado, y no termino de creerme la idea del problema de consumo del personaje si lo único que hay es contraplanos entre los ojazos conflictuados de Gloria (Hathaway) y una botella de birra. No digo que la película necesitaba a Nicolas Cage en Adiós a Las Vegas o que los adictos estén hechos mierda todo el tiempo, en general muchos funcionan en sus vidas con total normalidad, pero ese fue mi primer problema con la película. No siento las consecuencias del problema en el personaje, hay avances (la separación y mudanza, lo que pasa cada vez que Gloria se queda dormida) por necesidad del plot y no porque el tema esté planteado de forma orgánica.

Después está el tema del bicho. De por sí la idea es obviamente interesante, mezclar elementos típicos del sci-fi japonés como los monstruos al estilo de Godzilla y robots gigantes tipo Mazinger Z, y darles una vuelta de tuerca en una suerte de dramedy de escala más pequeña era algo que podía funcionar de forma muy efectiva. El problema es que la película subordina todo el sci-fi a la cuestión ‘humana’ y termina siendo una cagada. En The World’s End, de Edgar Wright, también había un personaje profundamente afectado por sus addiciones, y también un elemento sci-fi, en ese caso, los aliens usurpadores de cuerpos. Pero las dos cosas se desarrollan en paralelo, Wright es un experto en aprovechar el template de género (terror, acción, ciencia ficción), para contar a la vez una historia de personajes. Pero en The World’s End me creo al personaje de Simon Pegg alcohólico porque tiene más backstory, y porque sus problemas de adicción motivan y empujan la trama sci-fi hacia adelante y viceversa. En Colossal el Kaiju y el Mecha terminan siendo un gimmick, una excusa para finalmente contar la historia de un bully de primaria.

Ese es el otro problema de Colossal, Jason Sudeikis. Su personaje, Oscar, empieza como un típico personaje de Sudeikis: un chabón común, simpático, entrador. fachero pero approachable (particularmente comparado con Dan Stevens). Y de golpe se vuelve un villano. Empieza a maltratar, a hacer insultos pasivo-agresivos y cuando entra al arenero mágico en donde Gloria hace aparecer al bicho, el manifiesta al robot y se plantea más claramente el conflicto. Por un momento parecía que la película se iba a reír un poco de sus ambiciones metafóricas, que nos iba a decir ‘entendemos que todo esto de mezclar alcoholismo con pelis clásicas de Toho es una boludez, miren, acá tienen a Jason Sudeikis haciendo de un robot gigante’. Pero no! La peli se toma (pun not intended) en serio a sí misma. Jason Sudeikis es MALO porque toma ALCOHOL. Y ni siquiera mucho, en esta presunta peli sobre alcoholismo, cuantos vasos de birra o tragos se toman en total?. Y ni siquiera es sobre eso, finalmente. Todo el tema de los bichos se explica en un flashback que muestra que en realidad Jason Sudeikis siempre fue malo desde que Gloria y Oscar eran chicos, él era un bully, tiene poco autoestima, etc. O sea que un conflicto sobresimplificado se reemplaza por otro mucho peor, más explicativo y simplón. Y a falta de eso, todo se resuelve con uno de los peores tropes del cine: el famoso ‘tuve una epifanía y acabo de hacer un viaje intercontinental, después te explico’.

Como dije antes, quería que me gustara mucho Colossal. Le voy a dar otra oportunidad, tampoco me parece una aberración absoluta. Algunos momentos aislados se disfrutan, Anne Hathaway y Jason Sudeikis están muy bien, más allá de los problemas de representación del alcoholismo. Pero así como está, es una película que terminó muy lejos del entusiasmo inicial que tuve cuando escuché de ella por primera vez.

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