Aquaman

Por Varios Autores

EE.UU., 2018, 143′
Dirigida por James Wan.
Con Jason Momoa, Amber Heard, Patrick Wilson, Willem Dafoe, Nicole Kidman, Temuera Morrison y Dolph Lundgren.

Una vieja esperanza

Por Ignacio Balbuena, Federico Karstulovich y Hernán Schell

FK: Parece que se empieza a cumplir algo de la profecía: DC importando gente de Marvel, a su vez que estos últimos confundiendo gran espectáculo con solemnidad. Aquaman convertida en una película de Marvel y con un humor zumbón, autoconciencte, liviano, que se disfruta de punta a punta en su mersada grandilocuente mientras que Avengers 4: Endgame se manda un trailer pesado, solemne, a lo Snyder. Con este antecedente me espero lo mejor de la cosecha 2019 para DC: se viene Shazam!, que parece estar mas cerca de la nueva comedia americana que de otra cosa. Pero retomemos al señor de los mares. Si hay algo que se disfruta y se agradece en Aquaman es su plena conciencia de que no puede haber otra cosa para narrarse aqui que no sea superficie. Todo es elemental, verbalizado, llevado al terreno de la explicación y la redundancia. Pero contrario a irritar instaura un código que se convierte en un juego placentero. Su estructura y tono de culebrón mexicano es casi una burla hecha y derecha a Thor, puntualmente a las dos primeras, ya que con Thor: Ragnarok se dieron cuenta que el asunto iba por otro lado y que instistir con el patrón shakesperiano iba a resultar un camino muerto. No obstante, lo que sucedió con las primeras dos Thor, con Pantera Negra y con lo que parece que promete la cuarta entrega de Avengers, marca a las claras el problema que tenía/tiene Marvel cuando se toma las cosas demasiado en serio.

Aquaman 2018 Dc 6

HS: Es posible que si, que haya algo de eso, que Aquaman esté tomando la posta de la liviandad de Marvel. Sin embargo, lo que me llama la atención de Aquaman, es que es liviana en su propia ley y con su propia personalidad. No se trata, digamos, de una comedia disparatada como Thor: Ragnarok, o del cine de aventuras retro de Capitán América, o del espíritu autoparódico de Iron Man 3. No, Aquaman se plantea como un cuento de hadas orgullosamente naif. De ella me llama la atención su espíritu antirealista, sobre todo en lo que respecta a sus efectos especiales. Estos no buscan nunca impresionarnos por su nivel de verosimilitud, hay algo de mundo abiertamente artificial acá, con los robots que parecen salidos de un capítulo de los Power Rangers, sus efectos digitales que parecen salidos de una película de los 80, es como una película que nos invita a que creamos en ese juego en el que nos quiere meter, como un nene que juega con los muñequitos sabiendo que son falsos pero entrando voluntariamente en él. Desde ese punto de vista, voluntariamente o no, creo que nunca le vino tan bien a Nicole Kidman tener esa cara artificial atravesada por el botox. Esa cara termina siendo una parte más de una estética del artificio, que semeja mucho a un espíritu verdaderamente camp. Quizás por esto es que no lo veo como una burla o a nada. Es una película a la que veo como carente de maldad. A tal punto es así que hay hasta u componente tierno en la relación que los personajes de Aquaman y su hermano tienen con su madre. Uno pone una cara de pena enorme cuando le rompen el arpón en dos pedazos, y el otro tiene el corazón de hielo hasta que aparece su mamá y lo derrite. Es un elemento enternecedor que elimina toda la oscuridad de cuarta que venía arrastrando DC y algunas películas de Marvel, y que sólo ha quedado bien en unas pocas películas (Logan obviamente, como ejemplo máximo).

IB: Tomo esto que menciona Hernán sobre el rostro de Nicole Kidman porque me parece que es clave. La película arranca, como muchas películas de Marvel, con un prólogo que hace uso del lifting digital para rejuvenecer a los actores. Pero acá ese rostro prístino como de muñeca de Nicole Kidman contribuye desde el vamos a crear ese profundo sentido de anti-realismo que mencionan. Y se suman por supuesto esos soldados de Atlantis que aparecen inmediatamente después, con esos colores pasteles tremendamente grasas y esos diseños tan a contramano de la estética que sostiene el cine de superhéroes desde que Bryan Singer reemplazó los trajes colorinches de los X-Men por uniformes de cuero negro. Es una decisión absolutamente conciente de parte de Wan y de Warner/DC. Justo coincide con el momento más solemne de Marvel pero me parece que es también un correrse del legado de Zack Snyder. Ben Affleck, Henry Cavill y Amy Adams ya anunciaron su despedida del universo DC y Aquaman es claramente una película que se aleja tanto de la solemnidad como de la paleta de colores snyderiana. Y hay que hablar de James Wan. Siempre me pareció un director con gran capacidad para moverse entre el pulp, el clase B, de manejar los géneros y tropes con resultados muy satisfactorios. Con Rápidos y Furiosos 7 demostró también una autoconciencia del rídiculo que se notaba desde las escenas de Jason Statham abandonando ese hospital que se caía a pedazos. Pero a la vez es una película que se toma en serio a sí misma dentro de ese marco autorreferencial y liviano. Me parece que muchas de esas ideas de tono se trasladaron a Aquaman. A principios de año hablábamos de la poca imaginación de varias secuencias de Avengers: Infinity War, que se suponía un antes y un después para el cine de superhéroes. Prefiero las criaturas marinas delirantes, las aventuras desérticas de Momoa y Amber Heard, el casco enorme de Black Mant tirando rayos láser. Esta es verdaderamente una película que no teme en volver a la lisergia del mundo del cómic para armar su mundo.

FK: Bueno, esa liviandad pareciera ser el mejor punto de partida para una reconstrucción de DC en cine. Pero al mismo tiempo parece ser un aprendizaje por contraste, por prueba y error. En este caso particular Aquaman creo que acierta cuando se carga encima toda una estética berreta y a media máquina del imaginario audioviosual de los cómics de los 90s. Pero también retoma una estética kitsch de las películas producidas por la productora Cannon de Globus-Golam en los 80s, particularmente las vergonzantes Masters of the universe Superman IV. Al final había que volver al pasado, si, pero a otro, no al pasado cool. La respuesta y la esperanza estaba en el cine berreta, no en el “cine serio”. De hecho no me parece casual la inclusión de Dolph Lundgreen (otro abonado a las berretadas del directo a video y a los efectos especiales de décima categoría) en Aquaman. Bien por el contrario es un gesto explícito. Y hablo de una estética kitsch (con su amor por los colores estridentes, por las miniaturas, por los collages imposibles, por la combinación entre lo orgánico y lo animal en el diseño) con una sensibilidad camp, es decir, un registro pleno del ridículo propio. Por eso, un poco respondiendo a Hernán, no creo que estemos ante una película realmente inocente, sino falsamente naif. Tiene plena conciencia y se nota. De hecho su imaginario colorinche no conecta con el retro ochentoso con prestigio, sino con las tradiciones mas bastardas y degradadas del cine clase B pero sin ideas, sino el clase B degradado. Lo interesante es que, si lo pensamos un poco, algo de esto ya estaba en una película de los X-Men, la última de la reformulaciòn de la saga. Hablo de la odiada X-men: Apocalipsis, que era una película proteica en su imaginación a la hora de reconstruir el imaginario visual de los 80s. Con el presupuesto de aquella (o mucho más), Aquaman se la juega a ser el peor de la clase, el más desordenado, el más revoltoso. Pero un poco como dice Hernán, termina siendo el más tierno, porque juega con las peores cartas, las ama y gana la mano.

HS: Bueno, pero quizás también Infinity War corría con una desventaja: estar tan planteada de antemano como un antes y un después que uno iba con una vara demasiado alta. Aquaman, desde este punto de vista, corre con una ventaja: es una película que se inserta en un universo DC que venía completamente carente de interés, con un personaje que no le despertaba casi ninguna expectativa a nadie. Sin embargo Wan hizo algo raro aquí, ya que logró resignificar por completo una película de superhéroes volviéndola una película de aventuras distinta, con ciertas conexiones incluso con las historias de aventuras infantiles. En parte creo que otra cosa que también prueba Aquaman es que el cine de superhéroes en definitiva es (como el western, como el cine de acción, como el policial), un género mucho más maleable y rico de lo que se cree, del que pueden derivarse una cantidad impresionante de tonos marcadamente distintos. Y esta película habla muy bien, claro, de James Wan, de su habilidad para resignificar géneros, sean esto el terror, la acción o el de superhéroes. No sé -ni me interesa saber- si se trata de un autor con un universo propio, creo que es algo mejor que eso: un realizador que parece ver en cada película particular una posibilidad para hacer algo creativo. Y eso es digno de celebrarse.

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IB: La conexión con las aventuras infantiles y clásicas al estilo del cine berretón de los 80´s es lo mejor de la película. Todavía más que en el ejemplo que apareció más arriba de cine de aventuras retro, el Capitán America de Joe Johnston. Ahí hubo un gesto retro pero también elegante, el de un artesano refinado de tradición spielbergiana que buscaba recuperar el serial de aventuras para darle gravitación a un MCU (Marvel Cinematic Universe, el universo de Marvel para cine, aclaremos para quien no lo sepa) todavía en formación. Había algo de The Rocketeer en ese Capitán America. Aquaman, en cambio, tiene un espíritu muchísimo más camp, más cercano a la fantasía ochento-noventosa al mejor estilo de Lahistoria sin fin o, como mencionaba Fede, hasta Masters of The Universe. Por supuesto con un presupuesto de blockbuster, pero con un acercamiento deliberado a ese camp berreta en los trajes, los escenarios o los giros del argumento como toda esa subtrama en el desierto y con el telescopio. En esto me parece que también es muy importante el personaje de Black Manta, que empieza siendo un personaje típicamente ”oscuro” -un mercenario vengativo que busca asesinar al héroe en represalia por la muerte del padre- pero termina siendo un tipo con un casco gigante y unos ojos rojos brillantes y enormes, un diseño absolutamente calcado de la historieta. Y en su momento de mayor esplendor de la película, la pelea en el pueblo costero, aparece fotografiado de tal forma que más que una película live action de superhéroes parece uno de esos espectáculos en vivo con dobles de acción haciendo cabriolas en medio de pirotecnia. Absolutamente hermoso, ninguna pretensión de crear un mundo verosímil, puro artificio. Casi a lo Power Rangers, como dijo Hernán antes. Recuerdo de hecho un tweet que decía que Aquaman era lo más cercano en este momento a un ejemplo de trasladar estética de animé a la vida real. La película salta de escenario en escenario, siempre subiendo la apuesta en lo over the top, sorprendiendo con alguna criatura marina más, rosqueando todavía más la paleta de colores. Y para retomar una cosita de Federico de más arriba. Naturalmente hay plena conciencia: la prueba de ello es el tema de Pitbull que samplea Africa de Toto. Un momento absolutamente mágico, un highlight total del cine mainstream del 2018.

FK: Si, el momento de Africa es una exoplosión de felicidad y risa. Es hermoso. Pero más allá de todas esas cosas tan queribles que tiene (la persecución entre los techos en terreno italiano es una maravilla), lo que me provoca mucha alegría es que esta operación no es el clásico retroxplotation sino que es una suerte de presente alternativo en el que los 80s mas desclasados y los 90s mas negados (aunque no lo parezca aquí hay mucho de las Batman Forever y Batman y Robin, las cumbres trash de Joel Schumacher, ojo con esa influencia) no son mala palabra sino que se convierten en un retorno vital, un nuevo aire frente a tanto tufo autoindulgente. Incluso hay algunas hipótesis (no del todo erradas) de que AquamanBarbie: una aventura de sirenas cuentan exactamente lo mismo. Más allá de la provocación (Aquaman se deriva de un comic de 1942, es decir, las aventuras del personaje y su historia preceden a Barbie y sus derivados), no es errado pensar en esa referencia, que vuelve sin duda a lo que decían uds dos en torno a la estética de un juego de niños, con los colores refulgentes, que alterna la solemnidad de imitar mal al mundo adulto y sus relaciones (qué es un culebrón sino una versión hiperbólica e infantilizada de las relaciones entre personas en el mundo adulto?) con aventuras inverosímiles y con coronaciones imposibles. Es como si hubiesen leído El héroe de las mil caras en Wikipedia pero no hubieran pasado del gráfico de base. Toda esa incapacidad deliberada de construir intelectualidad convierte al personaje y a la película en la mayor esperanza para el cine de superhéroes de DC. Pero posiblemente también implique un límite, ya que muchos podrán pensar que la película es condenadamente mala, que se ve vieja y que “no es compleja como las otras” (es decir, llorar a Nolan y Snyder). En un hipotético fin de mundo yo me la llevaría a una isla para pasarla en loop. Ahora que lo pienso tiene algo del mundo exagerado y musical de Baz Luhrman (fundamentalmente Romeo y Julieta y Moulin Rouge!) todo esto. Cada vez me gusta más.

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IB: He-Man y Barbie como referencias. Jason Momoa devenido ya no figura de acción boutique para el adulto coleccionista que milita el ”nunca sacado del empaque”, sino muñeco juguetón para el nene pasado de azúcar. Incluso la escena del beso tiene algo de ese juego, como si Wan, encarnando al niño director de orquesta con todos los juguetes tirados por la habitación (la guerra con todos los bichos y rayos de colores), que se toma un minuto para agarrar sus dos figuras principales y decir ”now kiss”, como hace Andy con Woody y la pastorcita Betty. Aún así, me parece que hay un costado mítico en la película que es mucho más interesante que toda la sarasa del malo de Justice League. Debajo de toda la grasa y los atuendos power ranger hay un costado mítico que es realmente muy rico. Una bestia lovecraftiana custodiando un rey muerto, exiliado luego del colapso (literal) de su civilización utópica. Si bien Aquaman es un personaje muy viejo como señalaba FK antes, me parece que corre con la ventaja de no estar tan visto en la cultura pop como Batman y Superman. Wonder Woman estaba menos vista en tv y cine pero el personaje es infinitamente más icónico para el gran público. Incluso entre el fandom nerd Aquaman es siempre el remate del chiste, es un gif del rubio con calzas verdes montando delfines. Y acá incluso se las arreglan para que hable con los peces y salen airosos! Tal vez es una oportunidad para DC de correrse de la necesidad de tratar de hacerle justicia (ja!) a la Trinidad y de explorar, como hizo Marvel, a los héroes más de segunda línea. Tal y como hace en tv con las series Arrow, Flash y Supergirl, que entendieron todo.

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