¿Una nueva esperanza?
Por Federico Karstulovich
Cada vez que se nos ocurre arrancar un dossier en la revista creemos que es bueno asegurarnos un consenso previo. En algunos casos las ideas quedan en el camino por falta de quórum, en otros hay una recepción mágica y entusiasta. El armado de dossiers es algo que suele entusiasmar a críticos tanto como a los cinéfilos que no escriben crítica. En el primer caso porque el dossier te obliga a preguntarte con más precisión por algunas cosas, en el segundo porque permite ingresar con mayor detalle a algunos terrenos a veces inexplorados o quizás demasiado vistos y por eso mismo poco atendidos.
Toda esta breve presentación viene al caso porque cuando nos planteamos en el grupo de la redacción la posibilidad de escribir algo sobre el cine de superhéroes la reacción no fue ni particularmente masiva ni especialmente entusiasta. Fue, podríamos decir, más bien tibia. Esa tibieza no auguraba una salida adecuada y, bien por el contrario, podía hacer que el mismo proyecto de dossier abortara antes de ver la luz. No obstante, con los días, algo se empezó a armar, comenzó a ganar volumen. Y de repente lo que parecía aislado comenzó a tomar forma hasta convertirse en el resultado entusiasta que irán viendo aquí, desde hoy mismo, hasta fin del número de este mes, con una serie de notas rebosantes de ideas e hipótesis distintas a las que seguramente hayan leído.
Lo que sigue es una variada serie de notas que abren preguntas, plantean algunas respuestas tentativas, se permiten repensar hechos que hoy por hoy naturalizamos en el mainstream y, dicho sea de paso, establecen una genealogía a la vez que una historia posible para este “género”: desde sus antecedentes en el folletín y en la historieta con personajes marginales hasta los casos canónicos que el cine no supo explotar debidamente; desde una instancia fundacional que buscó diferenciarse del ridículo de las producciones de baja calidad hasta la consolidación de un imaginario que logró salir del ghetto; desde la irrupción de una tradición “realista” que buscó vincular al comic de origen con el “espectador adulto” al descubrimiento de un componente anti heroico con aristas contradictorias, pensado para un público no especializado; desde la construcción de la franquicia como hecho aislado hasta la instalación de una marca con planes prefijados con dos décadas de anticipación; desde el cine de superhéroes lineal y sin matices al cine de superhéroes que reconoce los problemas de lo heroico (y lo patológico como base potencial para esas personalidades). De eso y de muchas más cosas nos propusimos hablar.
Si, sabemos que en breve se estrena The Avengers: Infinity war. Pero como no nos gustan las operaciones de prensa, no hacemos un dossier para vender un producto, sino para pensar en las películas. De hecho, al momento de escribir esto, ninguno de los integrantes de la revista ni del dossier vieron nada de ese tanque. Así que no hay posible especulación, sino diálogo con algo que es el producto más reciente de una historia que nos dedicaremos a revisar.
En los próximos días se van a encontrar con algunas de las distintas vías de entrada a eso que llamamos el cine de superhéroes. Comenzamos con el momento previo a todo este proceso de construcción de un género, seguimos con algunos héroes olvidados, luego con el rol del cine político de superhéroes, para luego preguntarnos por los personajes, por su condición de víctimas pero también de victimarios, por su rol de payasos anti heroicos pero también por el peligro de ser psicópatas disfrazados. Por último también nos preguntamos por el reverso de lo heroico, por el componente crepuscular del género y por último, por la pertenencia de esta clase de películas a un nuevo-viejo imaginario del Hollywood clásico mezclado con componentes de la mitología de la antigüedad clásica. No, no hay un orden lineal. Con todo el dossier publicado podrán entrar por donde les plazca. Pasen y lean. Los estábamos esperando.
