Lejos de la manía compulsiva de reescribir falsamente cosas por completo dejando el nombre original (desde Candyman hasta Scream), lo de Llamas de venganza es, antes que una remake, una reconexión con una época. Por eso cuando escuchamos el sintetizador no necesitamos que se nos lleve de los pelos a los 80 como una diégesis elegida, sino que estamos plantados bien en el presente pero con una mirada espiritual que...