Fresh

Por Gabriel Santiago Suede

EE.UU., 2022, 114′
Dirigida por Mimi Cave
Con Sebastian Stan, Daisy Edgar-Jones, Andrea Bang, Charlotte Le Bon, Brett Dier, Dayo Okeniyi, Jonica T. Gibbs, Sunghee Lapell, Alina Maris, Jojo T. Gibbs

La calle y los peligros

Hace rato lo venimos diciendo en las paginas de esta revista: la comedia romántica se está disolviendo en el clima del miedo a los hombres y en la necesidad de reformulación del rol de las mujeres en el marco del mundo contemporáneo. Hermosa venganza intentó vendernos (lo logró con mucha gente, ojo) la idea de que los hombres hemos llegado al mundo para acosar/abusar/asesinar mujeres. Logró hacerlo sobre la base de un engaño previo: la consecución de una proto-RomCom en la que caemos como chorlitos pero que con el tiempo se revela como otra cosa bastante mas oscura. En Fresh ese engaño es mas corto y el acto de embaucación que lleva adelante el personaje de Sebastian Stan se nota peligroso a la legua, algo que no sucedía en Promising Young Woman. En este sentido, con la frontalidad del caso, la película de Mimi Cave se expone a una serie de decisiones más incomodantes que lo que suelen hacer las películas recientes sobre abusos y venganzas.

Fresh incomoda porque nos sitúa en lugares en los que no queremos estar: abusos, secuestros, una relación enfermiza, un juego de poder y supervivencia y una suerte de alegato sobre las mujeres que quedan expuestas a predadores. Pero lo hace con una perspectiva perturbadora, precisamente por poner a las mujeres en el lugar de víctima que todo el tiempo se preguntan “Qué hice mal para llegar a este lugar?”. Ese cuestionamiento es, quizás, el que determine la incorrección política de lo que vemos: asi como se describe al asesino como un predador peligroso también se construye a sus víctimas como crédulas. No se nos pone frente a un señalamiento de género elemental (todos los hombres son iguales en su peligrosidad) ni a las mujeres como víctimas pasivas y perfectas. Por el contrario, lo que se nos despliega es la dinámica de los encuentros como una dinámica del malestar, lo que invariablemente nos obliga a releer el componente RomCom del inicio, convirtiendo a una cita romántica en un espacio de peligro.

Es curioso, entonces, el lugar que Fresh le asigna al romance, justamente porque visto a contraluz, se revela como un ritual que dificilmente pueda recuperarse para las películas. Todo el ritual de las citas se convierte, a la luz de los hechos futuros, en un lugar invariablemente peligroso. Quizás en ese sentido todo lo que sucede luego de los créditos de inicio termine de ser mucho menos preponderante que lo que narra esa suerte de cortometraje sobre el cortejo que se nos narra en los primeros veinte minutos. Desde esa perspectiva, la película puede revelar sus estrategias de fondo: estamos ante una película de terror justamente cuando el género no se hace presente y estamos ante una comedia romántica retorcida cuando se nos narra el cautiverio. Pero claro, Mimi Cave no es Cronenberg ni sabe manejar con precisión las inversiones morales. De ahí que las derivas de la película en su segunda hora comienzan a mostrar la debilidad de la estrategia: ahí donde pudo continuar con una película inquietante sobre la violencia y el abuso, la directora elige narrar una serie de acciones justificadas por la maldad y el poder del consumo de los portadores de capital capaces de consumir carne humana. Frente a ese mal concreto todas las mujeres se vuelven víctimas indefensas que actuan en defensa propia. Y el malestar del inicio se nos transforma en una suerte de torture-por soft en donde solo queremos que los personajes escapen pero no nos interesa demasiado el cómo.

En el medio, con las ideas menguando, Fresh desarticula lo mejor que tenía para ofrecer (la observación perturbada) por lo peor que tiene para mostrar (el comentario obvio). Hacia el cierre, en particular con el último plano de la película, podemos quedarnos con una idea sobre el universo ideológico de la película. Pero ese plano final nos obliga a retrotraernos al inicio y repensar: dónde está el peligro de las víctimas? Quizás apenas comienza con una comunicación trivial. En ese mensaje hay mucho más ideas que en los comentarios obvios sobre los abusos/violaciones/asesinatos, a los que Fresh no logra escapar airosa.

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