Han Solo: Una historia de Star Wars (Solo: A Star Wars Story)
Estados Unidos, 2018, 135′.
Dirigida por Ron Howard.
Con Alden Ehrenreich, Donald Glover, Emilia Clarke, Woody Harrelson, Clint Howard, Jon Favreau, Joonas Suotamo, Linda Hunt, Michael Kenneth Williams, Paul Bettany, Phoebe Waller-Bridge, Richard Dixon, Thandie Newton y Warwick Davis.
Una galaxia impersonal
Por Ignacio Balbuena
Cuando se estrenó Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal hace ya diez años (!), un amigo me dijo algo así como ‘Esta película es la peor Indiana Jones y es muy mediocre, pero a la vez me encantaría que hicieran películas de aventuras como esta más seguido’. Con Han Solo: una historia de Star Wars me pasa algo similar. Sin ser particularmente memorable dentro de su franquicia (o en general, realmente), es a la vez una película clásica de aventuras, competente en su realización, de las que no se suelen ver en el cine actual más allá de las películas de Marvel, que se acercaron al espíritu de Star Wars con sus Guardianes de la Galaxia. HS toma más elementos del Western (hace poco el DF de la película comentó que Phil Lord y Chris Miller, los directores originales, tenían como norte ‘McCabe & Mrs. Miller’ de Robert Altman), y lo revuelve un poco con secuencias de heist movie y cine bélico. En este sentido, HS se acerca más a la anterior precuela estrenada fuera de la saga numerada, Rogue One. En aquella, también teníamos a un grupo de personajes infiltrándose en las filas enemigas para lograr una hazaña casi imposible, escenas bélicas lluviosas y embarradas, y el inevitable fan service, que acá llega de la mano del cameo de un personaje que seguramente confundirá a muchos, particularmente a los que no estén al tanto de donde se ubica cronológicamente HS y de algunas cuestiones de las series animadas. El fan service de Rogue One era tribunero pero satisfactorio: no nos negamos a Darth Vader y muchas luces de colores -si a Leia joven uncanny valley-, pero el cameo de SPOILER es confuso e invoca uno de los peores momentos de la saga (aunque sería interesante ver cómo se llevan los personajes y escenarios de las precuelas con la estética y el presupuesto modernos).
Al menos el cameo en cuestión sirve para sugerir la posibilidad de una continuidad de algunos personajes de HS en otros escenarios nuevos en vez de simplemente mirar hacia las películas clásicas. Lejos de la épica melodramática con influencias de Kurosawa de Los últimos Jedi o del espíritu Super 8 de Abrams en El despertar de la fuerza, HS hace la suya en una pequeña película de género con personajes arquetípicos: además de Alden Ehrenreich emulando a Harrison Ford en su juventud hasta en la pose al disparar, están el Lando Calrissian de Donald Glover (que se roba la película a puro carisma smooth) junto a su androide revolucionario/feminista, la banda de criminales liderada por el siempre efectivo Woody Harrelson, que a esta altura demuestra que cualquier película con su presencia inmediatamente varios puntos, y otros personajes efectivos como el alien con la voz de Jon Favreau, o Val, la mujer de Tobias Beckett (Harrelson). El villano de Paul Bettany es intimidante, como también lo es el cazarrecompensas rival Enfys Nest (una especie de Boba Fett con look más tribal), pero ninguno de estos personajes logra dejar una gran impresión, producto de su limitado tiempo en pantalla. Algunos abandonan la película demasiado pronto y con poco impacto emocional, en favor de centrar la película en Han Solo, su amistad con Chewbacca y Lando, y en construir el mundo de la película en torno a lo poco que sabíamos del personaje antes de su ingreso en la franquicia, en la original del ‘77.
Naturalmente una película de Han Solo tenía que incluir referencias al Corredor de Kessel y sus famosos 12 parsecs, o al origen de Chewbacca, pero por otro lado me pregunto si era necesario explicar por qué el personaje se llama como se llama, o anunciar la presencia de un ‘gangster en Tattoine’. No todo tiene que estar explicado, y tampoco es necesario hacer referencias oblicuas a cualquier momento de la saga original. Para ser una película sobre aventuras intergalácticas, esos momentos hacen que el universo de Star Wars se sienta opresivo, que se achique alrededor de las mismas situaciones y personajes de hace cuarenta años, cuando debería abrirse al resto del universo. Los momentos más libres de HS, en consecuencia, son los que introducen personajes nuevos (como el bicho que domina las cloacas donde vive Han con Q’Ira al comienzo de la película) o los tiroteos, escapes y persecuciones varias, que permiten el disfrute desde un lugar más superficial, sin que esto necesariamente implique un defecto. Al contrario, la película funciona más cuanto se acerca a los géneros por su iconografía y lenguaje visual que cuando busca insertarse en la mitología de Star Wars. A modo de ejemplo están toda la secuencia del asalto al tren, y el duelo de pistolas del final.
Dicho todo esto, Han Solo es una película típica de Ron Howard en tanto que es amable y correcta pero impersonal. Eso sí, quizás innecesaria, como todos los spinoffs de SW anunciados y por anunciar. Para un mejor ejemplo de las virtudes de Howard como director sugiero ver la subvalorada Rush en vez de la película que nos trae. Acá se hizo cargo de una historia a medio hacer por los directores de Comando Especial y La Gran Aventura Lego, que aparentemente se estaban acercando más a Ace Ventura que a las aventuras épicas que Kathleen Kennedy y Lawrence Kasdan tenían en mente para sus queridos personajes. Seguramente para tranquilizar accionistas, el veterano de la industria Ron Howard tomó las riendas, y la posibilidad de una Star Wars mitad western-sci fi, mitad nueva comedia americana, se perdió en una galaxia muy, muy lejana.
