Historia de lo oculto

Por Federico Karstulovich

Argentina, 2020, 82′
Dirigida por Cristian Jesús Ponce
Con Germán Baudino, Casper Uncal, Hernán Bengoa, Juanjo Suker, Mario Lombard, Agustín Recondo, Pedro Saieg, Nadia Lozano, Victor Díaz, Cristian Salgueiro, Alex Abdeneve, Lucia Arreche, Victoria Reyes, Raúl Omar García, Hernán Altamirano, Héctor Ostrofsky

En otros tiempos (*)

Hay una larga y variada tradición de cine político en Argentina. Vista en el Festival de Mar Del Plata en 2020, la película de Cristian Ponce finalmente encontró su lugar en el algoritmo delirante de Netflix en 2021. Historia de lo oculto no parecía, precisamente, un nombre adecuado (en particular por su grandilocuencia) para referir a esta historia pequeña que mezcla lopezreguismo (es decir: ocultismo, peronismo de derecha de los 70s, violencia estatal y aroma a sangre, que tan bien supo percibir y describir Mariana Enriquez en la novela Nuestra parte de la noche, novela con la que esta película tiene más de un punto de contacto) en clave de cine clase B, ucronía -que describe a un régimen autoritario que gobierna a la Argentina durante la década del 80-, pero sumado a eso un thriller de conspiraciones políticas y periodismo (pero el periodismo televisivo argentino sensacionalista de los 80s, muy a la usanza de programas como Tiempo Nuevo, pero fundamentalmente del Canal 9 de Alejandro Romay) al mejor estilo de los trhillers políticos liberales de los 70s. A ese recorrido se suma una paranoia cuasi carpenteriana (mas hablada que física, es cierto) que redunda en dos de las experiencias más clase B del Carpenter de los 80s: me refiero a Sobreviven y a Príncipe de las tinieblas.

Todo eso es Historia de lo oculto? Si, todo eso y más.

Pero la película de Cristian Ponce no se regodea en las referencias. Hay un hojaldre cinéfilo presente, es cierto. Pero también funciona si no reconocemos las referencias, entre otras cosas gracias al extrañamiento derivado de la ucronía que narra. Contrario a cualquier clase de elitismo cinéfilo, luego de cinco minutos iniciales -plagados de problemas por donde se los vea, algo que atenta contra la continuidad de nuestra experiencia como espectadores- la película logra construir un (in)verosímil que terminamos por comprar de manera definitiva, quizás gracias al mencionado juego de nostalgia con ucronía a la vez. Jugando con el tiempo real del programa al aire (“60 minutos antes de la medianoche”), hecho que logra una concentración que le sienta de maravillas al verosímil de ese mundo imposible, jugando con la necesidad de revelar datos a la vez que obtenerlos por la vía de las entrevistas en vivo que testimoniamos.

Pero el asunto no termina ahí: sumamos brujería, hongos alucinógenos, persecuciones, encierros, motivo que multiplica la desconfianza por donde se mire. El resultado final que logra la película es un pequeño prodigio (siempre bajo el código económico de la pobreza de recursos del cine clase B). Pero el director también escribe de maravillas, por eso hay que poner atención al modo en el que se administra la información en Historia de lo oculto: siempre sabemos parcialidades, siempre a cuentagotas, algo que nos invita a desesperar con los protagonistas, como si fuéramos niños asustados (aunque el terror no sea el fuerte de esta película extraña y anómala para el cine argentino).

Esta pequeña gran sorpresa se coló en Netflix, aunque no lo creas. Ojalá funcione como demostración de que el mejor cine político también puede construir un mundo autónomo y no una metáfora de su tiempo.

(*) Una versión distinta y reducida de esta crítica fue publicada en la cobertura de Perro Blanco, en Mar del Plata 2020.

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