If Beale Street Could Talk

Por Sergio Monsalve

If Beale Street Could Talk 
EE.UU., 2018, 119′
Dirigida por Barry Jenkins
Con KiKi Layne,  Stephan James,  Regina King,  Diego Luna,  Pedro Pascal, Teyonah Parris,  Colman Domingo,  Brian Tyree Henry,  Ed Skrein,  Michael Beach, Emily Rios,  Finn Wittrock,  Dave Franco,  Aunjanue Ellis,  Faith Logan

El afro-hipster

Por Sergio Monsalve

Conocimos a James Baldwin, en el cine, por el documental nominado al Oscar, I’m not your Negro, concentrado en las experiencias y testimonies del escritor militante. El footage componía, en aquella cinta, un ensayo de la dura lucha por los derechos civiles en Norteamérica. 

El mismo año 2016 presentaba una película análoga en la competencia por las estatuillas doradas: la polémica y controvertida Moonlight, ganadora a la postre de una de las noches de la academia más desquiciadas y escandalosas de la última década, cuando La La Land era la clara favorita. 

1Wz2J50Mtfnyz1Cjrvvfcnw

Según recuerdo, la crítica porteña no fue condescendiente con la segunda cinta de Barry Jenkins. Menos mal. Recuerdo un ligero consenso de mis colegas argentinos, al señalar el oportunismo del guion para complacer a la agenda de la corrección política en el tiempo del “Oscar so White”. De todos modos, también leí certeras deconstrucciones del filme, abocadas a develar las inconsistencias narrativas de un largometraje declaradamente artie. 

En mi caso, reconozco haberme identificado con la propuesta del autor, sobre todo en su primer y último tramo. Encontraba un regusto sensorial en la famosa secuencia de Mahershala Alí, ayudando a flotar al joven protagonista de la historia. De igual forma, la empatía del escena final, en el restaurante, resumía el mayor logró creativo del realizador. Es decir, proponer un ángulo diferente al clásico romance gay, por lo general lastrado por el peso de una escritura amarillista y victimista. Un chico le cocinaba al otro, por afecto, y listo, el mundo seguía sin verse afectado por una condena moral. Nadie moría, nadie nos acusaba por ser blancos y heterosexuales, disfrutando de una película de negros homosexuales.  

If Beale Street

Lástimosamente, If Beale Street Could Talk nos lleva por la senda contraria, al banalizar y caricaturizar varias ideas apenas sugeridas en Moonlight, como la guerra racial y la castración de un contexto familiar empobrecido. 

Lo nuevo de Jenkins, inspirado en una novela de James Baldwin, se evapora pronto en una seguidilla de tics, estereotipos y plagios de Wong Kar Wai, rodados con la pereza intelectual de una campaña publicitaria de United Colors of Benetton. 

El filtro vintage ralentiza los primeros planos en una búsqueda fatua por angelizar al reparto, como si la selección de un casting embellecido no fuese suficiente. Por ejemplo, sería brutal comparar el realismo de I’m not your Negro con la paleta qualité de If Beale Street Could Talk.  

La abnegada esposa de Harlem, reza la gacetilla de prensa, lucha por demostrar la inocencia de su marido, por un crimen que no cometió. Ella narra y explica el argumento, mediante la cargante técnica del voice over. Él es acusado por la policía de violar a una puertorriqueña, a quien literalmente obligan a sentenciar a una persona por el color de su piel. 

If Beale Street Could Talk Still 2018

No dudo de la veracidad de la anécdota reconstruida. Según entiendo, es un fenómeno de prejuicio que afecta al tejido institucional de Estados Unidos, lo cual evidencia el documental Enmienda Trece. Sin embargo, el problema no es la autenticidad de la denuncia, sino el tratamiento del relato en base a una lógica trillada de buenos y malos. 

Barry Jenkins ha involucionado en la figura de un nuevo Lee Daniels que nos hace sufrir, como Precious, por los desatinos de sus múltiples enfoques binarios de porno miseria. Insoportables los desfiles de personajes canallas, casi siempre blancos o conservadores, así como las grotescas exhibiciones de mujeres histéricas y desatadas. 

La sutileza, en Jenkins, encubre una visión que es tan impostada como la de su perfil de telenovela teatral, del tipo depresivo de Fences. Practicando un racismo invertido, el mensaje despierta suspicacias, y por ende, se desploma en la pantalla. 

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter