#Polémica: El escuadrón suicida (A favor)

Por Varios Autores

The Suicide Squad
EE.UU., 2021, 132′
Dirigida por James Gunn
Con Idris Elba, Margot Robbie, Joel Kinnaman, Viola Davis, David Dastmalchian, John Cena, Alice Braga, Peter Capaldi, Jai Courtney, Joaquín Cosío, Nathan Fillion, Mayling Ng, Flula Borg, Sean Gunn, Juan Diego Botto, Storm Reid, Pete Davidson, Taika Waititi, Steve Agee, Daniela Melchior, Jennifer Holland, Michael Rooker, Sylvester Stallone

Cal, arena, cal, arena

Por Ignacio Balbuena & Federico Karstulovich

FK: Hay muchas ideas en este James Gunn. Bastantes más que en las dos entregas de Guardianes de la Galaxia, que se sentían como artefactos pop pero muy cuidados y prestidigitados. En este caso parece haberse invertido el juego: El escuadrón suicida se parece mucho a lo que Gunn hubiera hecho en su primer salto al mainstream, antes de ser domado por las estrategias de Marvel-Disney. Lo curioso es que este costado pulp que le sale por los poros lo hace en otra major, como Warner, que demuestra que ya no tiene nada que perder y suma monstruosidades a su su DCU. Esta versión de SS está mas cerca de Mystery men y de Super (del propio Gunn). No es que se burle del género, pero claramente lo ha pasado por una licuadora de intensidades camp, explotation, grindhouse y cosha golda, como quien sabe que jamás va a contar con semejante presupuesto para semejante trasheada. Notablemente, el asunto tiene emoción, tiene ideas, tiene humor, pero no es un artefacto pop lustroso, sino una película popular de antaño, una clase B cara y un monstruo que puede lavarle la cara por completo al DCU si le dan pelota en serio a Gunn.

IB: Lo resumiste muy bien: acá tenemos un director criado en Troma Entertainment jugando con 200 palos verdes haciendo todo lo que en Marvel no puede. Y lo sorprendente es lo bien que funciona tanto en la acción como en la comedia y en el trabajo de personajes. La comparación con los Guardianes es inevitable y hay varios puntos de contacto: las escenas carcelarias, el grupo de misfits disfuncionales que aprende a quererse, las canciones, el timming cómico. Pero hay mucho más también. Me encantaron varios recursos formales, por empezar la estructura y el uso del flashback para involucrar a un grupo de personajes enorme. Las idas y vueltas la alejan de la linealidad que podría haber tenido esta película al tener una premisa tan simple como “un grupo black ops se infiltra en una isla a cumplir una misión”. Y hablando de isla, no tenia idea para nada de que los villanos eran centroamericanos y militares. Un clásico del cine de super acción ochenti-noventoso. Por momentos sentí resonancias de películas como Commando aquí. Ni hablar de esos títulos con tipografía vintage medio tarantinescos. O los pases de psicodelia cuando Starro arroja sus parásitos en una toma aérea, el montaje romántico de Harley Quinn o las madres múltiples de Polka Dot Man. Hay muchas ideas en esta película y es como decís, Marvel tiene un estilo muy pulcro y pulido y nunca se ven cosas así de raras. Recordemos ese final de Wandavision donde al final terminan tirándose los mismos rayos de colores. Acá en cambio tenemos a un tiburón pretendiendo usar un bigote falso o a un tipo con tumorea multicolor en la cara. Es realmente hermoso.

FK: Ojo, el impedimento de Marvel-Disney nos resulta curioso porque pensamos en un capitalismo del esquema tradicional. Y no: hace rato que el capitalismo se revela como hiper plástico y capaz de incorporar lo que hace 35-50 años era contracultural. No lo festejo desde el costado de “ganamos”, porque técnicamente no ganamos nada. En todo caso WB se dio cuenta (al igual que con Aquaman y parcialmente con Shazam!) que la clave no es el bublegum pop de los mejores Marvel, sino que la única apuesta en la que el DCU puede ganar algo es en la de jugar al trash. Y Marvel-Dinsey claramente no puede ser trash. Ojo, El escuadrón suicida tampoco lo es. Juega a serlo, juega a Golam Globus (como en WW1984), juega a Carpenter, juega a ser Stuart Gordon con James Cameron y mucha tarasca encima. Pero son juegos caros, con chicos caros de la cultura que hace rato no discute nada de nada con nadie, sino que se recicla en un onanismo interminable. La gran diferencia es que en este caso esa planificación se nota un poco menos, acaso porque hay amor, no lo sé. Pero no parece simplemente tratarse de una operación artefactual como Guardianes I y II. Aquí hay más errores, más equívocos, más vitalidad, menos cinismo que el que puede verse a primera vista (“es buena porque se burla de los superhéroes”: get a life). Lo que se impone no es entonces esa licuadora de las antigua cultura trash que hoy se comercializa fantástico en E-Bay. Lo que se impone son las ideas visuales. Y ahí Gunn si gana. Porque les hay muchas, por todos lados. Pero fíjate como el código permite que nosotros podamos ver esas ideas entre el juego en medio de la levantada de residuos nocturna (como si estuviéramos de recorrida con un camión de CLIBA), pero ese juego trashero no se lo permiten a un Shyamalan, por ejemplo. Esto habla bien de las ideas de Gunn, pero habla horrible sobre los prejuicios que tenemos frente a la experiencia de ver una película.

IB: Sin dudas James Gunn no es un tipo que viene a romper esquemas o desarmar el sistema desde adentro. No hay una revolución, pero si se nota como decís que hay amor. Y Gunn tranquilamente podría caer en el cinismo, siendo un tipo que hizo blockbusters de gran escala tanto para Marvel como para DC. Más todavía al hacer una película que habla justamente de la naturaleza descartable que tienen muchos de estos personajes. Pero Gunn es una persona que cree firmemente en el material, entiende y reconoce el absurdo de personajes como TDK, Peacemaker o Weasel. Eso es lo valioso de Gunn como director, más allá del gesto exploitation, siempre conserva empatía por los personajes. En especial por los personajes menos humanos de todos, incluso. Weasel y la escena post-créditos, King Shark, la rata Sebastian de Ratcatcher 2,. Si bien Gunn logra a través del montaje estructurado en raccontos, darle a cada personaje algún momento para brillar, se nota un particular interés en las criaturas extrañas, como en ese Starro El Conquistador. Hay algo interesante ahí, en ese villano que si bien hace que la película se convierta en el típico quilombo explosivo y CGI de película de superhéroes, logra irse con una frase melancólica y triste, y una que también funciona subtextualmente, en relación a ese tema de la película de ”quiénes son los verdaderos villanos?”. Hay algo burtoniano en esa empatía por los monstruos, una búsqueda de darle una pátina de humanidad y realismo a los personajes absurdos del cómic que lo aleja de la trasheada por la trasheada misma. En eso me parece que Gunn se parece hoy a alguien como JJ Abrams por ejemplo: ahí tenemos otro director que trabajó en franquicias competidoras y emblemáticas (Star Trek y Star Wars) imprimiendo a cada una impronta visual anclada en la nostalgia y el espíritu de quien usa el cine como un patio de juegos personal con elementos de la infancia pero que también logra anclar esos elementos mediante narrativa y buenos personajes. Entonces, volviendo a lo del principio, no necesariamente hay una victoria contra el sistema de estudios, y no necesariamente el valor de la película está en el pastiche hiper-violento. Más allá de eso hay una película con buenos personajes, con acción física y clara. Quizás el momento más cínico de la película sea esa secuencia post-créditos con Peacemaker, que no deja olvidar que más allá de toda la inventiva que pueda brindarle Gunn al género, la rueda sigue girando. Y estas escenas que antes generaban sorpresa y excitación genuina ahora no invitan más a que al desdén, dado que literalmente nos están mostrando un trailer para un spinoff en tv (La serie de Peacemaker, próximamente en HBO Max!). Black Widow hizo lo mismo, al concluir su narrativa despareja con lo que fue básicamente un gancho para la serie de Hawkeye.

FK: Bueno, lo menciono porque es el principal motivo de defensa de la película de parte de varios medios (“le ganó al sistema!”) cuando en realidad se trata menos de una revolución que de una socialdemocracia con rostro humano. Super reformista Gunn. Es cierto lo del gesto burtoniano (quien a su vez convirtió a Waters en tolerable para el mundo…aunque Waters ya lo había hecho antes con Polyester y Hairspray). En esa defensa de los freaks también hay un gesto algo demagógico, no lo puedo negar. Es el componente que menos le creo a Gunn (ni en Guardianes ni en esta). Pero me parece clave el lirismo, que nunca se siente forzado, sino casi un gesto decimonónico (el rey de las ratas y la estrella melancólica son grande ideas, las de los otros personajes no tanto: no me parece que funcionen tan bien esos raccontos con cada uno de ellos). Ojo: algo de ese lirismo estaba en Guardianes. Pero al ser menos trash se nota mucho menos el contraste. Lo de preguntarse “quién es el villano?” también me parece una cosa tribunera, porque Gunn, muchacho, a esta altura es obvia la respuesta. Original me parece esa posición anti-bananera con el desprecio a las tiranías cubanovenezolanicaraguense, aunque en el fondo de parece más a una dictadura de Trujillo, el amigo de Perón. El problema es que los pone a ellos del lado de los rebeldes y eso también es una concesión demagógica más (en serio les vamos a pedir conciencia política? No son Snake Plissken). Con respecto al tema de los spin-off y demases, claramente Gunn aprendió que es un artesano con guita en una fábrica. Y que lo mejor que puede hacer es creer que tiene un mundo personal en su esquina del galpón. Es una victoria pírrica. No contra ningún sistema, sino consigo mismo: si consigue meter esta clase de apuestas en medio de la giganterïa del DCU quizás termine revelándose como el gran renovador que ese monstruo de 20 cabezas precisaba. Hasta entonces es disfrutar. Igualmente escribo esto y la pienso y comienza a bajarme la espuma del entusiasmo.

IB: Y bueno, la única forma de justificar un exploitation con villanos centroamericanos en 2021 era retrucando que en realidad la película es una denuncia a las políticas intervencionistas de EEUU tanto actuales como históricas. No es precisamente sutil, pero es más efectivo que muchas películas de superhéroes o blockbusters sci-fi que nos han vendido como dramas bélicos o thrillers setentosos. Y con respecto a lo último que decís, a mi me pasa lo contrario. Ya teniendo la película disponible en internet para bajarla en simultáneo al estreno en cine me invita a revisar escenas, y viendo de nuevo las primeras secuencias realmente encuentro muchísimos elementos valiosos en términos de puesta en escena. Hay mucho ingenio para resolver un montón de cosas, principalmente la cantidad de personajes. Eso me parece un mérito de Gunn que va más allá del tono. Y hay además una reconciliación tonal que no es menor, la película se corre entre el timming de un John Cena que podría funcionar en una de Judd Apatow, con acción brutal estilo John Wick, con un cuarto de control y una Viola Davis que podrían estar en una saga de espionaje ”seria”. Quizás todo termina en el despilfarro CGI habitual, y en el medio quizás podríamos tener 20 minutos menos, pero yo creo que ya rankeó esta película entre las mejores del universo DC (no el contrahecho DCEU, eh, sino todo).

FK: Es que esa movida antiimperialista YA ERA VIEJA en Depredador (John McTiernan, 1987). Imagínate si tendrá años. Ese antiimperialismo lleva 33 pirulos. Tené la valentía de denunciar a las dictaduras bananeras además del intervencionismo. Gunn ama Buenos Aires (me consta por datos que conozco por sus visitas al Bafici y por la sucesión de alusiones a la cultura argentina, que debe haber hecho la comidilla de quienes escucharon “Starro va por Calle Medrano, ahora por Agüero”, lo que demuestra que cuando Gunn vino a la argentina comió mucho en los alrededores de El Abasto, donde están esas calles y donde antes de hacía el Bafici), conoce la cultura latinoamericana. Pero hizo lo más fácil en ese aspecto. Igual no lo culpo: prefiero esto a las tentaciones robespierreanas-leninistas de Nolan en la trilogía de Batman. Respecto de lo que decías al final: yo no creo que le falten ideas. Le sobran. El tema es que no son esos los aspectos que se van a recordar de El escuadrón suicida, sino su costado explotation, su antiimperialismo de manual. Es como si toda la adrenalina que propone funcionara durante un tiempo, pero después de comenzara a disipar. De hecho, cuando salí de verla, pensé que era u 9. Un par de días después bajó a 8. Ahora a 7. Creo que también voy a revisarla. Indistintamente creo que en su imperfección destilada hay ideas múltiples (de personajes, de puesta en escena, de guión, de tono), pero que en el zafarrancho no termina de verse hasta que se asiente el polvo.

IB: Lo de la argentinidad presente en la película me gustó mucho. Quizás no tenga sentido que soldados de Corto Maltese digan cosas como ”Dale boludo dejame salir”, pero ciertamente es una bocanada de aire fresco frente al más que genérico ”Oye cabrón” que suelen vociferar los latinos en el cine americano, sean del origen que sean. Si concuerdo en que la película arranca con un ímpetu grandioso que le cuesta recuperar después de la escena de la llegada a la isla con el primer grupo, pero me parece que logra salir airosa al final incluso con ese mensaje político conciliador. Insisto, lo que podría haber sido un clímax de luces de colores típico del género, termina con Harley Quinn atravesando un ojo gigante, para luego caer en una pileta de líquido intraocular a la que se suma una horda de ratas masticando. Ciertamente no esperaba para nada que un personaje como Ratcatcher 2 fuera el centro emocional de la película. Si alguien destaca la película por los aspectos equivocados eso no le quita mérito a los aspectos valiosos de la película! Persiste la sinergia corporativa y los blockbusters se están morfando la industria del cine, pero al menos en el proceso podemos reírnos un poco. Yo no puedo evitar el entusiasmo, la vi en una pantalla enorme con un sonido espectacular, y si bien la semana pasada vi Old en cine y también me encantó la experiencia melodramáticay pasada de rosca, fue intensa en otro sentido. Pero The Suicide Squad, además de un ejercicio de exploitation millonario es una película de gran espectáculo, y en eso tiene éxito sin dudas.

FK: Ese clímax es muy hermoso, realmente. Por eso digo que concuerdo con el componente lírico de Gunn, que es más importante que el trash y cómo-lograrlo-en-10-pasos. En alguna medida lamento que no se haya permitido más de ese tono, acaso porque el costado explotation y cosha golda siempre garpa más. Indistintamente es un gran espectáculo popular, una apuesta que salió bien. Pero sobre la cual tengo algunos reparos sobre el futuro (porque Gunn volvió a Disney-Marvel, cada vez más serio y más DCU).

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