#Pre-MDQ (tardío): Las recomendaciones de Perro Blanco

Por Fernando Juan Lima

Así como lo hicimos con el Bafici, con el festival de Mar del Plata le pedimos a nuestros viajeros que nos cuenten un poco qué cosas hipérbole recomendables podemos ver en el festival costero. La cuestión es que como uno de nuestros críticos es, desde hace unos meses ya, vicepresidente del INCAA…como que se le complica esta doble tarea. Y el hombre no puede desdoblarse tan fácilmente. No obstante (y con el amor al cine que lo caracteriza), entre presentaciones de protocolo, trabajo como funcionario y diversas actividades -que no le permiten tomar mucho sol-, el hombre se despachó con una serie de películas que vale mucho la pena que chusmeen y nos lo envió hace unos días (pero nosotros lo publicamos hoy, por eso son recomendaciones “pre festival”: si, somos unos genios del marketing). Y considerando que quien escribe esta nota ha recorrido al menos cuatro de los grandes festivales del año, bueno, digamos que alguna información tiene. No nos aguantamos y lo publicamos hoy para uds, así aprovechan antes de que sigan pasando los días. Y el viernes si, comenzamos con los diarios.
Nota de los editores: ingresen a nuestra página de facebook para actualizar los puntajes de películas que están viendo nuestros redactores. Eso. Pueden seguir.

Antes de la largada

Por Fernando E. Juan Lima

 

Por razones de (relativamente) público conocimiento, este ha de ser el año en que menos películas podré ver en nuestro festival más querido. No he faltado de 1996 (antes, por edad, se las debo) y año a año las expectativas aumentan. Aquellas mismas razones explican lo tardío de estas recomendaciones, pero recién vamos por la mitad de la muestra. Así que acá va un listado de películas imperdibles que forman parte de la selección marplatense.

3/4, de lian Metev. Pasó por Locarno y Toronto. De lo mejor de cualquier muestra. El ingreso a la intimidad de una familia, el fuera de campo y la relación entre los dos hermanos que la protagonizan es, simplemente, mágica, de esas construcciones que sólo se explican por algo así como un estado de gracia.

120 battements par minute, de Robin Campillo (tengo algún reparo respecto de la película, pero ninguna duda en torno a que la actuación de Nahuel Pérez Biscayart es una de esas que nos dejan sin palabras).

A fabrica de nada, de Pedro Pinho, el OVNI de este año en Cannes (en la Quincena, por supuesto). Un musical en una fábrica tomada por los trabajadores. Sí, dije un OVNI.

Brawl in cell block 99, de S Craig Zahler, parte de una poderosísima edición de la sección Hora Cero, en la que también brillan How to talk to girl at parties, de John Cameron Mitchell, Les affamés, de Robin Aubert, y la bellamente onanista Laissez bronzer les cadavres, de Héléne Cattet y Bruno Forzani.

Hong Sang-soo x 2 Claire’s camera (Huppert, Cannes y un divertimento/ensayo ciertamente encantador) y El día después (¿el primer estreno comercial sin estrellas occidentales de una película de Hong en nuestro país?… crucemos los dedos).

Cocote, de Nelson Carlo de los Santos Arias, o cómo República Dominicana puede ser otro planeta. Algo de esta sensación está presente también en El teatro de la desaparición, de Adrián Villar Rojas (en este caso más por la deriva formal que por la impronta documental).

Ex libris – New York Public Library, otra genialidad de Frederick Wiseman y su cine institucional.

The disaster artist (me niego a repetir el que dicen será el título de estreno local), de James Franco y La forma del agua, de Guillermo del Toro, demuestran que dentro de algo más parecido al mainstream, y con distribución asegurada por alguna major, también podemos encontrar verdaderas obras de arte. Tal es el caso de estas dos películas. Algo menos enfático (aunque me gustan algunas de sus zonas) puedo ser con la buena comedia La batalla de los sexos, de Jonathan Dayton y Valerie Faris.

Les gardiennes, lo mejor (hasta ahora) de Xavier Beauvois.

Mrs Fang, de Wang Bing, donde se extreman los límites de lo mostrable hasta un punto indecible.

Sicilian ghost story, de Fabio Gassadonia y Antonio Piazza. Los directores de Salvo vuelven a torcer las costuras del cine narrativo.

The villaines, de Jung Byung-gil. Acción desenfrenada en una película que, para los cánones de Corea del Sur, sorprendentemente se trata de una “producción independiente”.

Una mujer fantástica, hermoso melodrama del chileno Sebastián Lelio.

Visages villages, de Agnes Varda en colaboración con el artista JR. Viaje fotográfico por Francia y su gente, con visita a JLG en una de las escenas más tristes del cine reciente.

Western, de Valeska Grisebach.

No voy a releer lo que acabo de escribir.

Se trataba de un listado, pero no pude evitar el agregado de algunas impresiones.

Tampoco puedo resistir y traiciono la consigna inicial. De lo poco que he visto aquí, me llamaron la atención la película de apertura Madame Hyde, de Serge Bozon (habían prometido que este año, películas de apertura y cierre, contra lo que suele pasar, eran buenísimas y ya vamos con un 50% cumplido) y The second generation, de Zelimir Zilnik (que transmite una sensibilidad y un vuelo formal que sorprende y conmueve).

Claro que también han habido algunas decepciones. Pero de esas no quiero hablar ahora.

¡Buen festival!

 

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