Proyecto Géminis

Por Sergio Monsalve

Proyecto Géminis (Gemini Man)
EE.UU., 2019, 117′
Dirigida por Ang Lee
Con Will Smith,  Clive Owen,  Mary Elizabeth Winstead,  Benedict Wong,  Linda Emond, Kenny Sheard,  Ralph Brown,  Theodora Miranne,  David Shae,  Björn Freiberg, Alexandra Szucs,  Daniel Salyers,  Ashton Tatum,  Douglas Hodge,  Andrea Sooch, Tim Connolly,  Ilia Volok,  Shiquita James,  Christopher T. Elliott,  Justin James Boykin, Ilona McCrea

Simulacros

Por Sergio Monsalve

Proyecto Géminis clona digitalmente a Will Smith para que un doble suyo, más joven, emprenda una cacería humana contra él, en plan Blade Runner ” bien podría ser una premisa de presentación para un logline de una sesión de pitch. Pero quizá sea algo mas que eso.

Son el tipo de trucos que tiene que hacer el sistema de estrellas, para sobrevivir. Pero la técnica de duplicación es trucha y lo que parecía una idea buena en papel termina siendo uno de los chistes involuntarios de Hollywood en el 2019. 

Una película que se consume como una de las bancarrotas creativas del siglo, al colmo del disparate digital. Desde Batman versus Superman no se veía un defecto especial tan fácil de trollear en Youtube. 

Proyecto Geminis 2

La cara de Will Smith joven es un rato el filtro Deep fake de El Príncipe del Rap, la serie que protagonizara en sus primeros años, allá por los 90s. En otros instantes, como en el final, se nota que se les terminó el combustible para depurar el rostro de la marioneta infográfica. 

El Ang Lee de Hulk, seguro y fuerte, ha dado paso a una réplica disminuida y desmejorada de sí misma que pierde el control de sus figuras, de sus muñecos, de sus dominios artísticos, en pos de complacer el narcisismo de un experimento infructuoso. 

Todavía le falta mucho por demostrar al proyecto oportunista de producir largometrajes en realidad virtual con la obvia intención de abaratar costos en la contratación de estrellas del presente, sin olvidar que las del pasado son las que busca resucitar la industria a través de sus últimos adelantos en  programación. Por décadas han prometido cumplir el deseo de juntar a Marlon Brando con Leo Di Caprio. 

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The Irishman de Martin Scorsese anticipa ir por una ruta que van a imponernos como la última maravilla del séptimo arte que aspira a contar con la legitimidad de la academia, vía la próxima temporada de premios. De momento, el truco solo genera incordios y molestias audiovisuales como El Rey León y Proyecto Géminis, ambas adaptadas a la moda de gratificar, de forma inmediata, al consumidor que pide Live Action de todo, dentro de una esquema populista de representatividad, a la carta del espectador del milenio, política y culturalmente correcto. 

Creo, sin embargo, que hay un potencial de verdadera comedia que no se está explorando, por la clásica subestimación del género, obligándonos a reconocer la supuesta influencia de las ciencias sobre los secretos del entretenimiento. 

A Ang Lee se le metió en la cabeza que era el clon asiático y artie de James Cameron; una especie de poeta de las artes marciales que brinda fantasías edificantes en formatos de melodramas de dos horas. Sin embargo, en el pasado, el director sabía seducirnos con obras de cámara como  La Tormenta de Hielo que en lugar de ahogarse en el vaso de agua de Proyecto Géminis, lograba entregar una soberbia e inquietante adaptación de la novela de Rick Moody. 

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Pero el autor de El Banquete de Bodas, que inventó la tendencia de la romcom asiática, se fastidió del presupuesto de los trabajos independientes de los noventa, apostándole a la legitimidad de los tanques que arrasan en taquilla y nominan al Oscar. Su regreso a un estadio de mayor introspección lo consigue con Secreto en la montaña, cuya sutileza no se explica que proceda de la mente que procesó la fallida Proyecto Géminis, rodada en unos 60 cuadros que amplifican su desvarío, pues la fotografía expone un hiperrealismo que rompe con el pacto de verosimilitud, al transmitirse como un video game, como el loop de una promo para vender una televisión en ultra HD.  

En síntesis, otra secuela de una cadena montaje en crisis. 

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