The Velvet Underground

Por Andrés Brandariz

EE.UU., 2021, 110′
Dirigida por Todd Haynes
Con intervenciones de:The Velvet UndergroundLou ReedJohn CaleMaureen TuckerSterling Morrison

La banda de rock & roll

When you think the night has seen your mind
That inside you’re twisted and unkind
Let me stand to show that you are blind
Please put down your hands
‘Cause I see you.

Cuando se trata de los íconos del pop y del rock angloparlante de la década del 60′, Todd Haynes se mueve como pez en el agua. Desde Velvet Goldmine -donde exploraba oblicuamente la figura de David Bowie- hasta I’m Not There -su biopic apócrifa de Bob Dylan-, Haynes siempre se las arregla para capturar el vértigo, la efervescencia creativa de artistas que tomaron las bases del rock & roll y lo convirtieron en una expresión de vanguardia artística, articulándolo con múltiples expresiones literarias, plásticas y performáticas.

Quizás sea The Velvet Underground la banda más representativa de esta imbricación entre varias disciplinas artísticas. Potenciada en sus inicios por la influencia de Andy Warhol, la banda se enfocó en ampliar los horizontes poéticos y sonoros el rock, en una época en la cual la escena artística neoyorkina se encontraba en plena efervescencia. Dos talentos se combinaron en su nacimiento: el de John Cale, quien usó sus conocimientos en música académica para sumar nuevos colores a la paleta sonora del rock & roll; la lírica oscura y audaz de Lou Reed, que tomaba el espíritu beatnik y se lo imprimía al universo poético generalmente más despreocupado de la canción pop.

Lejos del ímpetu disruptivo de la banda que retrata, The Velvet Underground es una película bastante convencional. Haynes plantea un recorrido cronológico por los principales hitos de la historia de la banda: el encuentro entre Cale y Lou Reed; la ya mencionada implicación de Warhol, que potenció la fama y redobló la apuesta performática del grupo; la inclusión de Nico como una de las voces; la ruptura con Warhol; la partida de Cale; la conversión del sonido de la banda en un grupo más orientado al rock & roll convencional; finalmente, la emergencia de Lou Reed como artista solista, con una cosmogonía propia.

La historia es apasionante y algunas ideas de montaje, como la profusión de pantallas partidas, vuelven al relato visualmente atractivo y hermanan a esta película de 2021 con las formas de finales de la década del 60′. Uno se queda esperando un relato un más picante, especialmente teniendo en el elenco hay un personaje tan conflictivo como Lou Reed, con una escala de conflictos creciente en la medida en la que el artista de Brooklyn se desarrolla y empieza a tomar el control del destino de la banda. Haynes prefiere dejar todo en un clima de cierta ecuanimidad, cerrando con una celebración del crisol de personalidades que dieron origen a una de las bandas más influentes de la historia del rock & roll. De cualquier forma, la sensación que queda es de euforia ante un conjunto de personalidades tan rica y deseosa de inventarse y que, para eso, echó mano de todo cuanto las rodeaba. Se dice que la lírica de The Velvet Underground es oscura, pero siempre que pienso en la banda pienso en su profunda ternura, que acaso haya encontrado su mejor expresión en el acento adusto de Nico. Quizás la mayor riqueza de The Velvet Underground es que está hecha de contrastes. Haynes los señala, pero no termina de hacerlos carne. Quizás porque es imposible que el fan se ubique en otra postura que no sea la de la admiración. Está bien: nosotros también admiramos.

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