Pergeñada, inicialmente al menos, como una serie Web en breves episodios, la invención de Mendilaharzu-Feldman demuestra una elasticidad infrecuente: se adapta al formato Web como cinematográfico sin inmutarse, acaso por la decisión de trabajar una estructura episódica (pero distinta a los episodios de la serie que circuló durante el último tramo del DISPO). Clementina tiene una planificación endiablada, geométrica, donde cada detalle se esconde detrás de un falso registro cotidiano.