Australia era una pesadilla. O quizás lo sigue siendo. No sabemos si resultó bien como mecanismo publicitario para la Australian Film Comission, que entre finales de los 60s y principios de los 70s le cambió la cara al cine del país de los canguros. Definitivamente no parece una invitación. Pero lo bueno es que el territorio de pesadilla es algo indispensable para el cine aunque malo para los negocio y...