El muñeco de nieve (The Snowman)
Estados Unidos/Inglaterra/Suecia, 2017, 119′
Dirigida por Tomas Alfredson
Con Michael Fassbender, Rebecca Ferguson, Chlöe Sevigny, Val Kilmer, J. K. Simmons, Charlotte Gainbourg
El misterio y la catástrofe
Por Hernán Schell
Debo reconocer que me costó hacer esta nota, que escribía las primeras líneas y después iba borrando sin convencerme demasiado de cómo podía empezar. En general estas cosas pueden pasar por tres razones, o bien por no estar demasiado inspirado, o bien por que la película es tan virtuosa que hace que uno tenga que pensar varias veces el texto para poder hacerle justicia, o bien porque la película es tan pero tan mala que uno no sabe bien por dónde empezar a pegarle. El muñeco de nieve aplica al tercer caso, y eso la convierte en la decepción más grande de este año. La película, después de todo, venía con una expectativa gigante: producida por Martin Scorsese, editada por Thelma Shoonmaker, dirigida por el mismo director de El Topo y Let the Right one in y con un elenco multiestelar atractivo (que incluía la excentricidad ver de nuevo a Val Kilmer en pantalla), se trata de una de esas películas que se esperan con la esperanza de ver algo distinto de lo que se estrena habitualmente. Y sin embargo El muñeco de nieve no es, en principio, una película muy distinta a cualquier policial que se estrena cada tanto. Uno con asesino serial con pasado traumático -pasado que, de paso, quiere explicar su sadismo de la manera más burda -, vuelta de tuerca berreta y pistas falsas diseminadas por ahí para distraer al espectador del verdadero asesino. Es un tipo de policial que a esta altura, después de las relecturas del género de Zodíaco de Fincher y Memorias de un asesino de Bong Joon Ho, ya a uno le dan la impresión que no pueden hacerse más.
Como si esto fuese poco, El muñeco de nieve falla incluso en su propuesta de hacer algo convencional, llenando su relato de distracciones que no tienen ningún sentido. Por ejemplo: en un momento de la película el detective protagonista llamado Harry Hole (Michael Fassbender, en una actuación solemne a más no poder) le explica a otro policía que se está haciendo pasar por un suicidio lo que en verdad es asesinato. Hole (que encima es un detective prestigioso) le da miles de motivos al policía para que pueda pensarse eso. Sin embargo, el oficial decide dejar la explicación del protagonista de lado y atenerse contra toda lógica a una teoría del suicidio. En ese momento lo que uno piensa es que ese crimen no se quiere investigar como asesinato porque el asesino debe ser alguien de poder (como de hecho se insinúa muchas veces a lo largo de la película) que está presionando las fuerzas de la ley. Y sin embargo no, al final resulta que el asesino es un señor X cualquiera y entonces todas esas elucubraciones quedan como meras distracciones, engaños de décima categoría hechos para crear un clima de sospecha.
Se me dirá que hay grandes policiales que tienen este tipo de trucos berretas, y que sin embargo pueden sostenerse por la química que puede haber entre los actores o un sofisticado sentido del humor (caso de The Big Sleep de Howard Hawks), o por los logros de la puesta (muchos grandes giallos italianos han mostrado como se puede hacer una policial ridículo al que se lo disfruta por la estética estilizada y la belleza de sus asesinatos). Pero este no es el caso. El Hombre de Nieve tiene una gravedad impostada y la química entre los actores es nula. Por otro lado, los asesinatos tienen la creatividad visual de un slasher berreta de los 80 y sus ideas visuales en general son de paupérrimas para abajo (¡esos flashbacks repentinos horribles!).
En medio de todo esto hay varios intérpretes conocidos que hacen personajes que no se sabe bien para que están, entre ellos y por nombrar el más insólito el de la hermana gemela del personaje de Chlöe Sevigny (interpretado, obviamente por la misma actriz) que sólo hasta ahí para aparecer dos minutos en el metraje y después irse. Uno se pregunta cual es la lógica de que exista ese personaje ¿una idea de jugar con un tema tan afecto al policial negro como la figura del doble?, vaya a uno a saber, el tema es que parece un rasgo más de una película que pareciera haberse o escrito o editado a las apuradas, del que quizás en algún momento algún final cut con mínimo 40 minutos más en el cual se nos justifique un poco algunas de las varias inconsistencias y personajes descolgados que tiene el largometraje.
Cuando uno termina de soportar sus casi dos horas el único misterio que a uno le interesa resolver es cómo es que se generó esta catástrofe fílmica con nombres tan interesantes atrás. Si fue falta de inspiración, tensiones en el rodaje o que exactamente. Lo cierto es que un director como Alfredson, que venía de tomar géneros como el terror y el género de espías para darlos vuelta como una media y salir perfectamente airoso de la prueba, se entregó una película fallida y ausente de toda ambición, como un director que lo que estaba buscando era cobrar su salario e irse. Son cosas que pasan.
