PERRO BLANCO | NÚMERO 14 | MAYO/18

Por Varios Autores

UNA MESETA DE HORMIGAS Y ELEFANTES

Desde hace un buen rato pasan una serie de fenómenos explicables en el cine argentino, cada vez más proclive a llenarse de películas y menos a pensar por qué produce lo que produce. Pero tranquilos: de condiciones de producción, de problemas de financiamiento, de distribución, de exhibición hablaremos en alguno de los números siguientes.

La pregunta en este caso es por el lenguaje pero también por las decisiones de aquello que el cine argentino se propone contar. Estamos llegando a un piso de ficciones en el que, si bien la base se ensancha y se hace más numerosa, el techo queda cada vez más a la vista. O para decirlo mejor y sin eufemismos: estamos ante un momento en el que el cine nacional parece haber tocado un techo creativo y bajo el cual se siente cómodo. A diferencia de otros años, en donde la crítica pugnaba por abrir ese techo y cuestionarlo, hoy, en la mayoría de los casos, lo celebra. Eso no quiere decir que el cine argentino esté carente de ideas o que sea mediocre. Pero si que ha llegado a una mayoría de edad (el nuevo cine argentino cumple, dependiendo la fecha de nacimiento, entre 20 y 23 años, es decir: ya estás hecho un boludo grande, che). Esa noción no lo encuentra revisando su propia historia precisamente. Lo encuentra disfrutando de la herencia recibida. De hecho, si el cine argentino fuera una casa, una mansión, sus integrantes parecerían mucho más cómodos cobijados dentro de las cuatro paredes que saliendo a filmar a los jardines. Hay algo de amesetamiento que combina las condiciones de producción históricas con el modo de encarar las ideas, con la conciencia sobre el lenguaje y, finalmente, con la recepción del público y crítica.

No se me ocurre un caso más divergente al del cine argentino que el del cine portugués. O incluso el del cine rumano. Quizás son muchas pero muchas menos las películas que hacen (lo que para un lector distraído va a ser equivalente a decir que se pide aquí que el INCAA recorte presupuesto para que se filmen solamente treinta películas al año, se puede imaginar esa lectura), pero sin dudas hay en ellas toda una serie de riesgos, de voluntad expansiva, de indagación creativa de la que el cine argentino carece cada vez más, de manera alarmante. La multiplicación de estrenos en cantidades excesivas (a veces nos encontramos con algún jueves de 8 o 10 estrenos argentinos juntos, candidatos a eliminarse público mutuamente), la comodidad de ciertos estándares ideológicos (el progresismo cultural como frontera discursiva, patrullando el terreno el auto de policía de la corrección política) y la pobreza expresiva (el uso de recursos audiovisuales cada vez con menor creatividad y con mayor nivel de automatismo) confundida con pericia técnica y profesionalidad parecen ser el resultado de la máxima “hay que filmar ya, antes de que el mundo se caiga”.

Quizás el cine argentino tenga que parar. Pero no me refiero a dejar de producir, sino que tenga que parar, que escribir, que preguntarse por sí mismo, que tenga que convocar a nuevas voces, en nuevas condiciones de producción menos endogámicas (en donde los mismos de siempre no insten a producir lo mismo de siempre a los amigos o conocidos o recomendados de los mismos de siempre). El cine argentino necesita abrir el juego a nuevas vías, no precisa de concentración. Pero no es todo un problema de administración de recursos materiales. Hay que readministrar los recursos creativos urgentemente. Sino nos vamos a convertir en un cine de cantidades elefantiásicas pero sin el más mínimo peso. Y no, no hablo de presencia en festivales internacionales: mensurar el crecimiento, el cambio de una cinematografía nacional por su potencial participación en festivales es de un nivel de snobismo que sorprende.

Quizás, para volver a hacer un nuevo techo, no le tengamos que pedir a los elefantes que levanten sus patas y que lo pateen. Quizás debamos confiar en las excepciones minúsculas, en las hormigas que salen al exterior y se filtran por una grieta. Esa hormigas pueden ser muchas pero no se ven. Quizás haya que abandonar la casa para después volver a ella. Ser mayor de edad también es eso: poder irse para luego, en algún momento, saber volver. Pero en nuevas condiciones, cambiados. Y conscientes que hacer lo de siempre no asegura otra cosa que una eterna infancia o adolescencia, disfrutando cuando nos aplaudían por las cosas raras, curiosas o simpáticas que hacíamos adelante de los adultos.

Después de todo, el cine sigue siendo nuestra mejor excusa para discutir. Así que entren a leer el número de este mes, que nos trae de vuelta a aguas más normales, con una cantidad de notas mas parecida a las de siempre (el número de abril fue casi un número doble, con la cobertura diaria del Bafici y con el dossier sobre el cine de superhéroes).

                                                                                                         SUMARIO

ESTRENOS
Perdida por Hernán Schell
Un nuevo camino por Rodrigo Martín Seijas
Godard Mon Amour por Sergio Monsalve
Los extraños: Cacería nocturna por Ignacio Balbuena
Aterrados por Federico Karstulovich
#Polémica: Avengers: Infinity War (a favor, parte I) por AA.VV.  (Balbuena, Kohan, Gutiérrez & Maté)
#Polémica: Avengers: Infinity War (a favor, parte II) por AA.VV.(Balbuena, Kohan & Gutiérrez)
Amante doble por Tomás Carretto
La librería por Miguel Peirotti
Las Vegas por Hernán Schell
Deadpool 2 por Ignacio Balbuena
#Polémica: Isla de perros (a favor y en contra a la vez) por Federico Karstulovich
#Polémica: Isla de perros (a favor) por Marcos Rodriguez
Han Solo por Ignacio Balbuena

NO ESTRENOS
Mute por Miguel Peirotti
La peor semana por Hernán Schell

TV Y SERIES
La casa de Papel por Hernán Schell
Safe por Diego Kohan
Evil Genius por Federico Karstulovich
Cobra Kai por Hernán Schell

FESTIVALES
Cannes 2018 – Diario de festival (1) por Fernando E. Juan Lima
Cannes 2018 – Diario de festival (2) por Carlota Moseguí
Cannes 2018 – Diario de festival (3) por Fernando E. Juan Lima
Cannes 2018 – Diario de festival (4) por Fernando E. Juan Lima
Cannes 2018 – Diario de festival (5) por Carlota Moseguí
Cannes 2018 – Diario de festival (6) por Fernando E. Juan Lima
Cannes 2018 – Diario de festival (7) por Carlota Moseguí

#PostBafici 2018 – (1): Kuso por Ignacio Balbuena
#PostBafici 2018 – (2): Robar a Rodin por Leonardo Gutiérrez
#PostBafici 2018 – (3): L. Cohen por Marcos Rodriguez
#PostBafici 2018 – (4): The Rider por Leonardo Gutiérrez
#PostBafici 2018 – (5): Mes Provinciales por Marcos Rodriguez
#PostBafici 2018 – (6): Violence Voyager por Federico Karstulovich
#PostBafici 2018 – (7) : The great Buddha + por Marcos Rodriguez
#PostBafici 2018 – (8): Transit por Hernán Schell
#PostBafici 2018 – (9): Blue my mind por Federico Karstulovich

DIARIO CINÉFILO
100 años de André Bazin: una antinecrológica por Hernán Schell
Un tardío homenaje a Rocco Siffredi por Sergio Monsalve

INTERSECCIONES
Entrevista a Juan Villegas, director de Las Vegas por Hernán Schell
Entrevista a Demián Rugna, director de Aterrados por Federico Karstulovich

Participaron en este número

Ignacio Balbuena
Tomás Carretto
Leonardo Gutiérrez
Fernando E. Juan Lima
Federico Karstulovich
Diego Kohan
Diego Maté
Sergio Monsalve
Carlota Moseguí
Miguel Peirotti
Marcos Rodríguez
Hernán Schell
Rodrigo Martín Seijas

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter