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Por Varios Autores

Melodramas e imaginaciones

Por Amilcar Boetto

Ángel Faretta dice que el melodrama, en su exceso pasional, apela a lo fantástico, como si esto se desprendiera por si solo desde la condición de lo melodramático. Así, en Rebecca, la obsesión del personaje de Joan Fontaine por ser amada por su esposo provoca la aparente presencia fantasmal de Rebecca, alimentada por los miembros de aquella casa, como si hubiera un complot que desconocemos (paradigmática es la escena donde Joan Fontaine se viste con el vestido de Rebecca y el personaje de Laurence Oliver se escandaliza como si hubiera visto un fantasma aparecer en su sala). En El Hilo Fantasma, el recuerdo de Woodcock de su madre, su imposibilidad de amar a Alma y su tristeza desprendida de estas situaciones provoca esa presencia fantasmal de su madre, en aquel plano donde Woodcock cree verla. Podemos asumir que, en ambos casos, lo fantástico es más un problema de la percepción de los personajes que el relato desprende planteándole al espectador la duda de si esa presencia está sucediendo o es parte de como los personajes perciben el mundo alterados por sus pasiones para luego, decidirse por el realismo y desechar lo fantástico que, por un momento, se planteó. En Expiación: Deseo y Pecado (a partir de ahoraAtonement –Joe Wright, 2007-) hay un hecho fantástico devenido a causa de la percepción alterada de uno de los personajes por sus pasiones, la diferencia es que en este caso el hecho fantástico es el relato en si mismo (o, mejor dicho, la segunda mitad del relato). A ver, expliquémonos un poco mejor: Briony, al inventar el desenlace de la historia entre su hermana y Robbie, crea un hecho fantástico, crea una realidad paralela en donde la historia de amor se puede concretar (ahí están las últimas imágenes del film, ese paseo por la orilla del mar al lado de una casa en la playa, un relato de ensueño, como si estuvieran en un lugar más allá del tiempo, un espacio fantástico), y esta historia es la que la película se propone narrar hasta que una anciana Briony nos revela la artificialidad de su libro (y por lo tanto, del film). Porque a partir del incidente en el cual Robbie cayó preso, todo es imaginación de Briony. Las escenas de la guerra y de Dunkerque son causas de lo que Briony habló con gente que estuvo allí, el encuentro entre Robbie y Cecilia en ese café, es lo que Briony imaginó. Y lo imaginó, con su percepción empapada de un sentimiento en particular: el de la culpa (podemos inferir que Atonement es uno de los grandes melodramas de la culpa).

Si encontramos una pregunta que podamos afirmar que engloba a todos los melodramas, podríamos afirmar que esa pregunta es por la imposibilidad (o por lo menos, la dificultad) de amar. Cómo ante los sentimientos se imponen diversas cuestiones ajenas a este que lo dificultan o (quizás, en última instancia) lo impiden, y cómo estas, impidiéndolos, generan represión, exceso, desborde emocional, porque como bien sabemos eso que se siente no se puede guardar como poniéndole una tapa a una olla, sin que esta estalle. Estos impedimentos van desde la condena social, en el melodrama más clásico, hasta causas socio-políticas, hasta circunstancias casuales de la vida, hasta el propio ser humano. En el melodrama de Sirk, Lo que el cielo nos da, el impedimento para el amor entre Cary Scott y su jardinero es la condena social que provocaría que una mujer viuda y de ciertos status social se case con un jardinero, sin embargo, en su remake no-oficial (Todos nos llamamos Alí), Fassbinder invierte los roles, dandole poca importancia dramática al conflicto familiar-social (a pesar de mostrar la dejación que debe sufrir la ama de casa) para que la dificultad mayor que se le presenta a este romance sea la propia falta de fe en sí mismo (y en su amor) de los amantes (ahí está la escena de ¿infidelidad? De Alí). Así, en su reinterpretación de la película de Sirk, Fassbinder cambia el eje, de la presión social a la presión que uno misma se ejerce. En Cold War (película que no trabaja el melodrama desde el género, pero si desde lo melodramático), podemos pensar que la imposibilidad de amar esta signada por un tiempo histórico- político, hasta que se da el encuentro en París, en el cual Pawlikowski se posiciona espiritualmente más cercano a Fassbinder: Son los propios amantes los que no pueden amarse, los que no se permiten sentir lo que habían estado ansiando en la distancia. En Atonement, en cambio, ¿se puede afirmar que la imposibilidad de amar está signada por un tiempo histórico particular, la segunda guerra mundial? Afirmar eso implicaría afirmar que el romance entre Cecilia y Robbie siguió sucediendo (al menos en sus mentes) luego de los incidentes de 1935, y esto es algo que no podemos afirmar del todo, debido a que es algo que Briony se imagina. El melodrama en Atonement se da exclusivamente en aquel día de 1935, aquel día fotografiado como un sueño caluroso a través de los filtros de cámara, no en la subsecuentes imágenes grises de la guerra, imaginadas por Briony, ni en el sueño que Robbie tiene delirando en la guerra, porque cuando la película abandona la mansión de veraneo, abandona la omnisciencia, abandona ese juego con los puntos de vista que da entender lo que vió Briony y lo que realmente sucedió como puntos separados. Por lo tanto, no se puede afirmar que haya sido la condena social como en la película de Sirk, tampoco los tiempos históricos, ni el miedo propio de los seres humanos (que se come al alma, como enuncia el título original de la película de Fassbinder). Se podría afirmar que, entonces, lo que impide el amor entre Robbie y Cecilia es la presencia de Briony, obviamente. Por esto, es que Briony tuvo la necesidad de crear un melodrama (por eso decíamos un melodrama de la culpa, un melodrama creado a través de la culpa), una historia de amor de dos personas separadas por la guerra (por los tiempos históricos, al igual queCold War), que puede haber existido como no (lo que está claro que no existió es el final feliz, de más está decirlo). Briony, en algún punto tiene bastante en común con todos nosotros, todos creamos melodramas de nuestras vidas, historias de amor imposibles que se cumplen o no, imposibilidades a nuestras amores que se superan o no, Briony lo hace a través de la culpa, otros a través de la fantasía, otros a través de la angustia. Lo cierto es que esos planos finales que, como antes decíamos, están en un plano fantástico (imaginario) nos hace entender que esos melodramas, estarán en ese plano de la no-realidad pero es fundamental tenerlos, crearlos (aunque sea por ansias de redención como Briony).

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