Entrevista a Ezequiel Fernández, autor de Esto es la guerra, pibe

Por Hernán Schell

Por razones quizás demasiado complejas de explicar y demasiado dadas a especulaciones, el cine argentino nunca abordó demasiado la temática de la guerra de Malvinas. Cuando lo hizo, además, rara vez lo realizó con profundidad o siquiera buenas ideas. El libro de Ezequiel Fernández, Esto es la guerra, pibe es una forma de abordar esta temática preguntándose tanto por las características del cine bélico como el motivo por el cual el cine argentino nunca pudo abordar demasiado bien esta guerra histórica, ubicándola además en la lógica de un género con reglas propias. En esta entrevista hablamos con el autor, tanto de su libro como de esta problemática.

La guerra en casa: Entrevista a Ezequiel Fernández, autor de Esto es la guerra, pibe

Por Hernán Schell

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PB: ¿Cómo es que se te ocurrió este libro?

El libro nace a partir de una tesis de la Universidad del Cine (FUC), ante el entusiasmo de mucha gente y viendo que era un tema interesante se me propone que sea publicado. La tesis nace por dos caminos. Uno es mi interés por Los Pichiciegos, novela fundamental de Rodolfo Fogwill que se despega por completo de lo que yo había visto en cine sobre Malvinas. Los Pichiciegos van por un lado, y el cine por otro. Los Pichiciegos plantea la guerra como juego, como un juego de locura, mucho más cercano a lo que yo creo que es la guerra y lo que yo creo que es el buen cine de guerra. Y por otro lado también me inspiró a interesarme por el tema un viaje familiar al Sur, recorriendo la Patagonia llegamos a Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz. Era un día de mucho frío, mucho viento. Y estás parado frente al mar y pensás “así son las Malvinas”. Si vos mirás al mar, derecho ahí están las islas. Y te viene la imagen de un pibe en 1982, en el mismo lugar en donde vos estás, pero sin posibilidad de irse de ahí, cagado de frío…

PB: Rodeado por bombas…

Sí, claro, muy diferente a lo mío, yo tenía todas las de ganar. Ese flaco tenía más o menos la misma edad que tenía yo, pero estaba a la intemperie con un fusil en la mano luchando por sobrevivir. Yo estaba de vacaciones.

PB: Vos hablás de Los Pichiciegos acá y en tu libro. Y lo que llama la atención de esta novela es que es absolutamente creativa, fundamental a la hora de pensar la guerra de Malvinas, y fue publicada meses después de terminada la guerra. Con el cine sobre Malvinas claramente no pasa eso.

No, pasó mucho tiempo y todavía no se hizo una gran película bélica sobre Malvinas. De hecho se hicieron muy pocas. Pero creo que es porque la sociedad todavía no tiene resuelto el tema. Fue tomado por gente que todavía tenía un vínculo emocional con esa guerra. Y lo que me llama la atención es que ninguno de los directores hasta ahora lograron tomar el vínculo de Malvinas como excusa para narrar algo. O sea, podemos hablar de Malvinas desde un montón de lugares y siento que casi todas las películas terminan yendo siempre por el mismo discurso de protesta social, política. Que es válido, pero por otra parte es un problema porque girar siempre con el tema del testimonio fuerte no alcanza. La dictadura tuvo una cantidad de películas enorme y con muchos temas distintos. ¿Por qué Malvinas no pudo tener lo mismo?, capaz por un lado es vergüenza por un tema que tuvo en su momento mucho y muy abierto apoyo popular. Aunque por el otro también es presupuesto, aunque no es el impedimento principal principal. Malvinas implica si o si exteriores, implica un montón de trabas que antemano una persona que quiere filmar algo ve los costos y se hecha para atrás.

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PB: Sí, igual el cine argentino desde hace mucho viene haciendo grandes producciones y ninguna de esas fue invertida para hacer algo sobre Malvinas. O sea, una película bélica sobre Malvinas con buena producción no tiene porque costar menos que El Secreto de sus ojos o Acusada por ejemplo.

Claro, por eso no se entiende. O sea, ya el tema presupuestario no está. Es un tema de decisión, de imaginación. Acá en la Argentina hay una falta de tradición de cine bélico, y eso no ayuda. Te digo más, hay una falta de tradición del cine de acción. O hasta un cine de acciones con causas y consecuencias. Un cine de cuerpos (de poner el cuerpo). Yo, salvo casos como Nueve reinas, no conozco muchas películas donde vos veas gente corriendo desaforada por las calles. El cine nuestro es más contemplativo. Fijate que todo lo que implica guerra en Los chicos de la guerra, de Bebe Kamin son planos largos, recorridos de la cámara que siguen a los personajes. El cine argentino peca de eso, de abusar del seguimiento contemplativo en todas las películas, hasta en esas en donde claramente vendría bien hacer otra cosa. Hay una crisis en ese cine de acciones o de cuerpos.

PB: Hay excepciones además de Nueve reinas. Pienso en Caetano y el tiroteo final de Un oso rojo. Bueno, hablando de Caetano, vos lo mencionás cuando hablás de Crónica de una fuga.

Sí, claro, hay otros ejemplos. Pero no son muchos. A veces veo que somos mejores haciendo westerns porque nos viene mejor esta cosa contemplativa. Y sí, lo que encuentro en Crónica de una fuga porque es un cine de temas importantes y uno se pregunta. ¿Cómo se hace género con esto?, y la respuesta la da Caetano. Podemos hacer una de género aún hablando de dictadura, de picanear. Y así construyó una de terror y una de escape. Silvia Schwarzbock en su estudio crítico sobre la película se menciona esto. De cómo tomaron un tema histórico y lo redujeron a una casa que tiene reminiscencias hasta con la casa de Psicosis. Lo curioso me parecía eso. Caetano pudo con presupuestos limitados y acá con presupuestos fuertes no se puede.

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PB: Una cosa que llama la atención en la parte de entrevistas de tu libro a Bebe Kamin (director de Los chicos de la Guerra), Stagnaro (Guarisove) y Tristán Bauer (Iluminados por el fuego), es que ninguno de estos te habla de un conocimiento profundo de películas bélicas.

Kamin es el que marca más su línea en ese sentido. El me dijo que en el momento en que filmó Los chicos de la guerra no estaba mirando El día más largo o Patton sino Cenizas y diamantes, La Infancia de Iván… películas que tienen un enfoque más social que la propia guerra. Lo que es respetable y se ve en la película. Tristán Bauer me habló más de Rescatando al Soldado Ryan, y ahí me descolocó. O sea, la referencia estética está, la referencia cinematográfica se percibe. Y yo creo que nadie que haya querido filmar la guerra en los últimos 20 años haya podido olvidarse de Rescatando al Soldado Ryan. Es como despegarse de Vietnam después de Apocalypse Now.

PB: Igual es extraño lo de Bauer porque toma como modelo una película como Rescatando al Soldado Ryan, que es sobre la Segunda Guerra, para hablar de Malvinas, que es una guerra completamente distinta.

Sí, igual no pienso que esté mal la operación cinematográfica. Al menos intentarlo, más allá de que hayan sido estrategias completamente distintas. El tema es como tomas esas referencias para adaptarlas ahí. Yo cuando hablé con Stagnaro por Guarisove, él me dijo que no vio películas de guerra sino comedias de guerra. Y se nota en Guarisove que él supo ver y replicar en su trabajo según su lógica. Stagnaro hizo un corto que hasta tiene una estética del Nuevo Cine Argentino y le influye ciertos valores del genero bélico. No es por nada que ese tipo después hizo Un Gallo para Esculapio. Que sabe conjugar el conurbano bonaerense con una lógica de western.

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PB: Sí, y no fuerza el conurbano para volverlo western.

No claro.

PB: Igual a diferencia de otros cortos de Historias Breves, Guarisove no parece haber tenido herederos o personas que quisieron continuar esa línea, ni siquiera el propio Stagnaro.

Sí, no tiene herencia. Ni las películas de Malvinas ni la comedia sobre Malvinas. Que es una irreverencia muy interesante.

PB: ¿Y qué opinás de las películas de Malvinas que se hicieron últimamente?, porque con películas como Teatro de guerra o Soldado argentino: sólo conocido por Dios parece empezar a resurgir un interés por el tema.

Sí, pero siguen siendo películas testimoniales. En el caso de Soldado argentino… hay un subrayado de cosas que ya sabemos y de las que hay que hablar. Y son películas hechas no desde el punto de vista del soldado de a pie sino desde el civil que lo mira desde afuera. No hay mucha intención de un director de preguntarse “¿cómo vivió esto un soldado?”. Spielberg se preguntó eso. Se dijo que puede sentir un soldado cuando baja en Normandía. Y filmó el descontrol, la sangre, las tripas volando…

PB: En el cine de Malvinas por el contrario cada escena parece ser hecha como una forma de mostrar una situación X en la guerra. Por ejemplo la parte de la persecución de las ovejas en Iluminados por el fuego. Es un chiste pero también es un momento en el cual está Bauer señalándote el hambre que sufrían los chicos en ese momento.

Sí, más significativo que eso me parece incluso que ese momento de cine como escena de acciones no funciona bien. En un momento salen de la nada porque tienen hambre, no se filman los espacios. Y a esto súmale que en las películas de Malvinas lo único que sabemos es que Malvinas es un páramo desolado. No sabemos ni dónde queda Tumbledown, ni donde queda Monte Longdon, ni hacia dónde te podés mover, porque los personajes nunca se mueven. Y además en esa escena hay una incoherencia en la acción. Yo nunca entendía ese momento de lluminados por el fuego. Están siendo bombardeados y se preocupan por guardar la oveja para que no los pesquen los superiores. Yo creo que ahí hay incluso una opresión de la ideología sobre la narración. O sea, como hay que hablar mal de los milicos hay que poner lo asustados que estaban esos soldados de la autoridad.

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PB: Le terminan quitando espontaneidad. O sea, sí o sí tienen que ir a un discurso de indignación.

Sí, que es lo mismo que hace Kamin, pero en Los chicos de la guerra se entiende mucho más. No tenía presupuesto, no tuvo distancia histórica. Pero Bauer tuvo 25 años y tuvo además presupuesto para hacer algo distinto. Pero no lo hizo. Bauer no cree que en la guerra como un momento disparador de narración. O sea, que en el campo de batalla no hay nada interesante para contar, y yo creo que si.

PB: ¿Qué es lo que más te sorprendió de las entrevistas?

Stagnaro es el que más me sorprendió. Kamin responde desde su lugar de la lucha por la democracia y que había que hacer una película que hablara de eso. De la entrevista con Bauer me entero de un montón de recursos que tenía a disposición. Y Stagnaro fue un caso particular. Porque es el más joven de los tres y no tenía un vínculo emocional con el tema y se asemaja más a un punto de vista parecido al mio. Además, su motivación era hablar era de la colimba que vivió antes que de la guerra y usó eso como disparador para hacer el corto.

PB: Por eso también termina el corto con una canción de Charly García sobre la colimba.

Claro, me parece un detalle genial.

PB: ¿Vos que creés que le falta a una película de guerra sobre Malvinas?

El cine de guerra, para mí, es un cine de supervivencia en un campo de batalla. El cine de guerra es eso. Acá lo relacionan siempre con la diplomacia, la política, los vínculos con la Dictadura de manera muy directa. Coppola por ejemplo no evade esos temas en Apocalypse Now, pero lo hace siempre desde el campo de batalla. Acá falta una película que no abuse de los saltos temporales, y se centre en una misión. No sé, falta una misión, falta drama. En el cine de Malvinas no hay antagonismo con los ingleses, hay que recrear tensión a partir de eso.  Quiero ver a un grupo de soldados desplazandose por un territorio, avanzando en una trama que tenga crescimiento dramático. Sueño con ver personajes interesantes, con historias para contar, no simples marionetas para desplegar en un escenario. No pido explosiones, helicópteros y cientos de extras (aunque me encantaría), tan solo contar una historia sobre Malvinas, desde la guerra misma, no tomar la guerra como excusa para hablar de otra cosa.

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PB: ¿Leyeron el libro los directores?

Kamin sí, y se lo tomó a bien. Bauer no sé todavía. Igual hicieron lo que sintieron cada uno desde el contexto en el que realizaron sus películas. Yo igual creo que ahora es tiempo de parar la pelota y empezar a pensar la guerra desde otro lado. No hay que olvidarse que últimamente están surgiendo cosas. Hasta no hace mucho se estrenó la película Malvineitor, estrenada en el BARS (Buenos Aires Rojo Sangre), con una lógica bizarra con Malvineitor que es tipo un Rambo argentino con una búsqueda épica. Aún dentro de lo bizarro, es una película de Malvinas que por lo menos busca una épica. A su modo, pero lo hace.

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