La habitación del horror

Por Santiago Gonzalez

The Closet
Corea del sur, 2020, 97′
Dirigida por Kim Kwang-bin
Con Ha Jung-woo, Heo Yool, Kim Nam-gil, Kim Shi-A, Shin Hyon-bin, Soo-jin Kim, Park Sung-woong, Kim Jung-chul

Confesiones de invierno

El hereje. Voy a confesar una herejía que va a explicar por qué esta crítica no será una crítica habitual y, en todo caso, si será una descripción de una fenómeno: por motivos de tiempo no pude ver la versión subtitulada de esta película (ay, estos problemas de la distribución!), motivo por el cual tuve que conformarme con ver una función doblada al castellano. ¿Cómo iba a ser eso? Yo que siempre defiendo la idea de que las películas deben verse en su idioma original, en el formato que deberían verse, y sobre todo una película de terror, tal vez el último género que no acepta ser doblado, cuyo impacto sonoro tiene mas sentido si se ve tal cual y como quisieron sus realizadores. Pero bueno…(y esto no es señal de claudicación), lo cierto es que el sonido es cada mas envolvente, los doblajes cada vez mejores y que la sociedad y los modos de consumo cambiaron. Acepté la limitación

¿La película? Un rejunte de La llamada -no por nada comienza en 1998 cuando se estrenó la película de Hideo Nakata en donde el protagonista tiene tres días en vez de siete para resolver el conflicto-, mezclado con El grito, de Takashi Shimizu -sobre todo en la violencia familiar y la venganza de los espíritus-, a su vez tomando prestado elementos evidentes de La noche del demonio (James Wan, 2009). Objeto de todo esto? Se trata de un caso de una obra for export, en definitiva, un público que le cuesta aceptar el cine fantástico oriental, pero que a la vez muestra cómo ese cine, acaso dueño de una identidad cinéfila medianamente definida, se extravió en los recovecos de la cultura occidental con el paso del tiempo. Hoy por hoy los temores orientales pasaron a ser occidentales. Es por eso que cualquier cuestión relacionada a esa cultura se desvanece con solo intentar el menor anclaje ritual a la misma, como el que realiza uno de los personajes de La habitación del horror. En serio, hagan la prueba de la permutación: cambien a los protagonistas por los de cualquier otro país y el resultado será exactamente el mismo. 

Guardianes de la galaxia. En tren de confesiones, confieso entonces que fui de mala gana esperando una película mediocre -que lo es- pero sobre encima en castellano. Mi sorpresa fue total cuando me encontré pensando más allá de sus defectos y sus virtudes. El cine estaba repleto de parejas, de amigos o gente solitaria, más en una función temprana -ocho de la noche-, de una película de terror doblada que, además, compite con tanques hollywoodenses en las otras salas. Al público presente pareció gustarle la película, se asustó en las escenas que debía asustar y reírse en las escenas que debía hacerlo.  No le preocupó, ni le molesto el idioma en que estaba la película, lo cual me dejo pensando. ¿Solo a los cinéfilos nos importan están cuestiones? ¿Acaso somos guardianes de las formas? ¿Quién nos dio este papel? ¿Es realmente importante ver una película en su idioma y formato original? La respuesta podría ser un sí rotundo, pero lo cierto es que, en el fondo, quizás no importe tanto como pensamos. O no al menos de forma inhabilitante: el público quiere ver una película como sea y a nosotros nos toca entender estos fenómenos y no ponernos como policías de sala, como está ocurriendo con cierto sector de la cinefilia.

Permutaciones. No se aplaude el doblaje por aquí. Pero se lo escuha. Estamos acostumbrados en verlo en la televisión o en películas infantiles, si. Pero que se expanda a otros géneros (y que en este caso se vea aludida la cuestión del origen cultural, de la escencia del idioma y de las permutaciones posibles dados los préstamos con otras películas/influencias) me parece un experimento, voluntario o no en su plan, interesante. No, no quiero que todas las películas estén dobladas al castellano, no obstante el doblaje es un arte de la apropiación, con cientos de profesionales que hacen bien su trabajo. Doblar también es crear. Es una tarea compleja encontrar la justa medida a la voz de un personaje pero, por lo menos en este caso, el experimento parece haber funcionado: el doblaje terminó comentando y reflexionando sobre la transnacionalidad y la pérdida de la identidad de una película del montón. Curiosidades que pasan cuando el azar le gana al control policial.

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